Oswiecim (Polonia), 24 abr (EFE).- Merrill Eisenhower, bisnieto del general estadounidense Dwight D. Eisenhower, comandante general de las fuerzas victoriosas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial y presidente de EE.UU. entre 1953 y 1961, ha pedido en el antiguo campo de concentración de Auschwitz que las atrocidades nazis “no vuelvan a suceder” jamás.
Eisenhower se sumó a supervivientes del Holocausto en la Marcha de los Vivos que se celebra este jueves en el marco del 80 aniversario de la liberación de Auschwitz por el Ejército soviético y en la que participan también los presidentes de Polonia, Andrzej Duda, y de Israel, Isaac Herzog.
En un acto previo en el antiguo campo de concentración nazi, el bisnieto de Eisenhower prestó su voz y presencia a la imperativa misión de recordar para que “no vuelva a suceder” un horror como el infierno del Holocausto, que tuvo su epicentro en el campo nazi donde se asesinó a más de un millon de personas durante sus menos de cinco años de existencia, la mayoría judíos.
En lo que fue uno de los mayores lugares de exterminio en la Europa ocupada por la Alemania nazi, Merrill Eisenhower aseguró que para él, “volver a Auschwitz es una responsabilidad”, porque “todas las generaciones deben ser educadas”.
Continuar el legado

Siguiendo el ejemplo de su bisabuelo, que “pasó toda su vida dedicado a la paz”, él se ha autoimpuesto la obligación de difundir el legado de quienes sobrevivieron a la página más negra del siglo pasado y que sus voces no se apaguen con el tiempo, explicó.
En una emotiva alocución ante varios supervivientes, Merrill Eisenhower hizo un llamamiento a “oponerse a la negación del Holocausto y a luchar contra el antisemitismo y la intolerancia en todas sus formas”.
Varios supervivientes compartieron sus historias y agradecieron personalmente a Merrill las acciones de su bisabuelo, quien se aseguró de que el mundo fuera testigo de los horrores del Holocausto y ordenó que “todo fuera documentado”.
Naftali Fürst, quien dijo recordar al general Eisenhower, obsequió a Merrill con un dibujo suyo y de su hermano bajo la puerta de Auschwitz, mientras que Martin Stern, otro superviviente, resumió el sentimiento al aseguró que “estamos vivos gracias a los sacrificios realizados por aquellos soldados” que liberaron el campo.
El descendiente del ilustre general que actualmente vive en Kansas (EE.UU.) con su esposa y cuatro hijos, subrayó que “los grandes cambios no se hacen de repente, se hacen paso a paso”.
“Y cada día podemos empezar un cambio para bien dando el paso de ser amables, de hacer una buena acción con alguien”, afirmó.
“Los verdaderos héroes son ustedes”, dijo Merrill Eisenhower dirigiéndose a los supervivientes.
Dwight D. Eisenhower comandó las fuerzas aliadas que desembarcaron en el norte de África en noviembre de 1942 y el ‘Día D’ de 1944 fue el comandante supremo de las tropas que desembarcaron en Normandía.
Como comandante Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada en Europa fue uno de los artífices de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, y su papel fue igualmente vital en la documentación de la brutalidad nazi y la verdad del Holocausto.
Documentar el horror

Conocida es su visita el 12 de abril de 1945 al campo de concentración de Ohrdruf, una extensión del campo de Buchenwald, liberado por el Ejército estadounidense.
De acuerdo con la documentación oficial estadounidense, Eisenhower “nunca había estado tan furioso en toda su vida” y decía que “el idioma inglés ni siquiera dispone del vocabulario que podría describir lo que él vio allí”.
El general escribió a Winston Churchil que “todo lo que se lee en el periódico no describe adecuadamente lo que realmente sucedió aquí”.
Por orden suya tropas estadounidenses llegaron y fotografiaron el campo para documentar sus horrores.
También escribió en una carta al jefe del Estado Mayor del Ejército, George C. Marshall, el 15 de abril que “lo que vi es indescriptible… Hice la visita deliberadamente para poder dar testimonio de primera mano de estos hechos si alguna vez, en el futuro, surge la tendencia a atribuir estas acusaciones a mera propaganda”.
Ahora, su bisnieto Merrill busca honrar y perpetuar esa labor que se ha convertido en un propósito vital desde que, en febrero, conoció a Eva Clarke, una superviviente del Holocausto con una historia de supervivencia casi milagrosa.
Eva nació en el campo de concentración de Mauthausen en 1945, solo días antes de su liberación por las fuerzas estadounidenses bajo el mando de Eisenhower y su madre dio a luz pesando solo 32 kilogramos.
Eva nació con 1,3 kilogramos, un día antes de que la cámara de gas del campamento se quedara sin combustible.
Los soldados estadounidenses llegaron días después.
Miguel Ángel Gayo Macías