El boliviano que rescata abejas y enseña a convivir con ellas para preservar el planeta

Fotografía del 9 de mayo de 2025 de una persona sosteniendo un enjambre de abejas en La Paz, (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

La Paz, 20 may (EFE).- Los enjambres de abejas que se forman en tumbados de casas antiguas y en la vía pública de algunas ciudades encontraron su refugio en la casa de Luis Flores, un joven agrónomo boliviano que hace tres años rescata abejas y enseña a convivir con ellas para preservar el planeta.

Fotografía del 9 de mayo de 2025 de abejas volando en La Paz, (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

A más de 4,000 metros de altitud, en una casa ubicada en el límite entre las ciudades de La Paz y El Alto, miles de abejas revolotean alrededor de seis panales artesanales, hechos de cajas de madera y de metal.

Fotografía del 9 de mayo de 2025 de una persona sosteniendo un enjambre de abejas en La Paz, (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

Quienes llegan y quieren acercarse a las abejas se colocan un traje especial y Flores les aplica humo, que ayuda a calmarlas, según explicó.

Flores dice que siempre fue un aficionado de las abejas, pero un ultimátum que le dieron unos vecinos fue la señal para que comenzara a rescatarlas y cobijarlas en su hogar.

“He comenzado con unas abejitas que estaban en peligro, me dijeron ‘o te las llevas o las quemamos’, ha sido una decisión muy fuerte y a pesar de no tener trajes ni nada, he rescatado a las abejitas”, contó a EFE Flores.

Después del primer rescate vinieron otros más y cuando se dio cuenta miles de abejas ya habían tomado posesión de su casa.

“Siempre me han traído curiosidad, su jerarquía, su forma de trabajar es impresionante, la reina, las que la alimentan, las exploradoras, hay trabajos específicos”, comentó el agrónomo.

Flores ha distribuido los panales entre las abejas más fuertes, las que están débiles, las que producen miel y las recién llegadas, y para cada grupo tiene un especial cuidado.

Dentro de su habitación, donde él duerme, está el panal de las abejas que ya producen miel, lo que hace que en el piso se distribuyan bandejas de cera con miel fresca.

“Aquí tratamos de no cosechar todo, se saca lo que se consume, hasta un 50 % de la miel, y el resto es para alimentarlas”, explicó.

El objetivo de Flores es generar conciencia en las personas para que aprendan a convivir con las abejas, alimentarlas con la miel que producen sin someterlas a “una explotación” y que puedan ser “fundamentales” para preservar el planeta.

Flores realiza al menos cuatro rescates a la semana, especialmente entre octubre y febrero que es cuando aparecen más abejas en diferentes regiones.

El agrónomo capacita a jóvenes apicultores, estudiantes y otras personas para que sepan manejar a las abejas y que en algunas semanas todos ellos puedan adoptarlas.

El joven boliviano ha desarrollado un hábitat nuevo para las abejas, pues a más de 4.000 metros y en ocasiones “con un frío devastador”, las acostumbró a salir de sus panales en horarios específicos, según la temporada del año, y a “trabajar” menos horas cuando es invierno.

“Con ellas ya tengo la confianza de trabajar, ya me reconocen y eso es un proceso por el que deben pasar las abejas”, explicó Flores.

La Asamblea General de la Naciones Unidas declaró el 20 de mayo como el Día Mundial de las abejas con el fin de generar conciencia sobre la importancia de las abejas en la naturaleza.

El ingeniero agrónomo ha encontrado en las abejas su pasatiempo favorito y sentido de vida, pues sostiene que cuando uno acoge en su hogar a las abejas, son en realidad ellas las que lo adoptan a uno.

Daniela Romero