El Brasil real: turismo con alma en favelas vibrantes y comunidades indígenas ancestrales

De izquierda a derecha, la guardiana del Bosque y Emprendedora, Adriane Lanawa, el cofundador de Acervo Cultne y director ejecutivo de Cultne, Dom Filó, el presidente global de CUFA y Favela Holding, Marcus Vinícius Athayde, la directora de la Casa Amarilla Providence, Tiphanie Constantin, y la propietaria de la Posada Luz do Sol, Teia Avelino do Nascimento, hablan en el evento Visit Brasil Summit en Río de Janeiro (Brasil). La mayor atracción turística de Brasil es su diversidad. EFE/ Antonio Lacerda

Río de Janeiro, 19 may (EFE).- La mayor atracción turística de Brasil es su diversidad. Se plasma no solo en sus paisajes y su cultura, sino en la vida vibrante de sus favelas y en el rico legado que resguardan sus comunidades indígenas ancestrales.

Las favelas han sido el origen de manifestaciones culturales que se han convertido en símbolos de Brasil, en especial la samba y los bailes de Carnaval, fiestas nacidas en el seno de la comunidad afrodescendiente que todo el país ha abrazado con orgullo y ha asumido como manifestaciones culturales comunes.

Y esta riqueza cultural supone también un atractivo turístico que cautiva a un número creciente de visitantes extranjeros y que contribuye a crear mejores condiciones de vida en zonas pobres.

En Río de Janeiro, las favelas abrieron sus puertas al turismo desde 1991. Esta apertura “ayudó a acabar con prejuicios que asociaban las comunidades pobres a la violencia”, afirma la escritora y académica Conceição Evaristo.

Evaristo, una referencia en la lucha contra el racismo en Brasil, destaca la importancia del turismo en favelas y en otros destinos que exhiben la desigualdad brasileña.

Según ella, el turismo ha servido para mostrar que a pesar de que Brasil “vive en conflicto y sufre con racismo estructural, quiere superar esos problemas y necesita oportunidades para lograrlo”.

La Central Única de las Favelas (CUFA), mayor organización del país, calcula que ya existen unas 300 agencias de viajes en estas barriadas más desfavorecidas, en las que viven 16 millones de brasileños.

“Tenemos cerca de 300 agencias de viajes en las favelas y no solo son receptivas, sino que ofrecen opciones al habitante de la favela que le gusta viajar y conocer otros lugares”, afirma el presidente de CUFA, Marcus Vinicius Athayde.

El mensaje lo comparte el presidente de la agencia de promoción turística Embratur, Marcelo Freixo, quien recalca: “No queremos vender un país imaginario. Queremos ofrecer un país real”.

Los indígenas, guardianes del bosque

El cofundador de Acervo Cultne y director ejecutivo de Cultne, Dom Filó, habla en el evento Visit Brasil Summit en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda

Otra faceta del “Brasil real” y menos conocido la aportan las más de 300 etnias indígenas del país, que preservan idiomas, rituales, medicinas y saberes ancestrales.

Algunos pueblos indígenas también se están abriendo al turismo, para mostrar a los visitantes su visión del mundo y la forma en la que resguardan el bosque.

La guardián de bosque indígena Adriane Ianawa trabaja como guía en un proyecto que ofrece a los turistas una inmersión en una aldea vecina a Manaos, la capital del estado de Amazonas, en una experiencia que beneficia también a las comunidades locales.

“Es importante que las personas en el exterior conozcan dónde estamos y que estamos dispuestos a compartir nuestra historia”, asegura a EFE Ianawa, cuyo proyecto de etnoturismo en Novo Airão atrae a una veintena de turistas diariamente, en su mayoría brasileños.

La labor de los indígenas y su aporte a la sustentabilidad, así como la vida en las favelas, son dos de los pilares del nuevo Plan de Promoción Turístico Internacional de Brasil, que recalca la enorme diversidad social y cultural del país.

“No hay ningún país del mundo que ofrezca tantas opciones como Brasil”, afirma Duda Magalhães, presidente de la empresa de promoción de eventos de entretenimiento Dream Factory y uno de los responsables del plan.

Esta estrategia deja atrás campañas que promovían a Brasil como destino de “playas, samba y carnaval”, por lo que busca aumentar la competitividad global del país al explotar nichos como el turismo de naturaleza, el cultural, el social, el gastronómico, el étnico y el de aventura, explica Magalhães.

De este modo, se busca atraer a Brasil personas interesadas en tener una inmersión en culturas ancestrales, en participar en proyectos socioambientales y en conectarse con iniciativas que valoran el emprendedurismo local.

Brasil recibió el año pasado 6,8 millones de turistas extranjeros, que generaron 7.300 millones de dólares, y este año espera superar los ocho millones de turistas, una cifra récord.

La guardiana del Bosque y emprendedora, Adriane Lanawa, participa en el evento Visit Brasil Summit en Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Antonio Lacerda