Barcelona, 25 jun (EFE).- El cambio climático pone en riesgo a miles de especies de árboles, aunque aún hay margen para actuar con medidas urgentes, según indica un estudio coliderado por el Instituto Botánico de Barcelona, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Este estudio de carácter global, publicado por la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de Estados Unidos, lo han elaborado conjuntamente el Instituto Botánico de Barcelona del CSIC y las universidades de Wageningen (Países Bajos) y de Aarhus (Dinamarca).
Las conclusiones del estudio revelan que el 70 % de las 32.000 especies de árboles estudiadas en todo el mundo se enfrentan a graves amenazas climáticas, incluso bajo los escenarios de calentamiento moderado.
Los resultados apuntan a la necesidad urgente de aplicar medidas de conservación para limitar el impacto humano en zonas con bajo estrés climático, ya que podrían actuar como refugios climáticos clave.
Los árboles son esenciales para la vida en la Tierra
En el estudio, se parte de la base de que los árboles son esenciales para la vida en la Tierra, porque sostienen ecosistemas, almacenan carbono, purifican el agua, mejoran la salud humana y ofrecen múltiples beneficios para las personas y la biodiversidad.
Los investigadores han modelado la futura exposición climática de más de 32.000 especies de árboles a nivel mundial, y han identificado las zonas donde los árboles enfrentarán condiciones sin precedentes.
Los resultados muestran que muchas especies tendrán que soportar condiciones muy distintas a las actuales, sobre todo si se cumplen los escenarios más extremos de emisiones de gases de efecto invernadero.
El investigador del CSIC en el Instituto Botánico de Barcelona y coautor del estudio Josep Serra-Díaz subraya la urgencia de proteger los árboles antes de que sea demasiado tarde.
«Este estudio -explica- ofrece una visión global que nos permite enfocar dónde actuar para conservar, y dónde centrar las estrategias de mitigación y adaptación, aprovechando oportunidades a pequeña escala para mantener la diversidad de nuestros ecosistemas forestales».
Otra coautora del estudio, Coline Boonman, de las universidades de Wageningen y Aarhus, precisa que han descubierto que «casi el 70 % de las especies de árboles experimentarán cambios climáticos significativos en parte de su área de distribución hacia finales de siglo».
En algunos casos, advierte, «más de la mitad del hábitat de ciertas especies podría verse afectado bajo un escenario extremo de calentamiento de 4°C».
El mapa de las zonas críticas
El estudio ha mapeado las llamadas «zonas críticas de exposición»: regiones donde la diversidad local de árboles -es decir, el número de especies presentes en un área- estará más expuesta.
Entre estas regiones, se encuentran Eurasia, el noroeste de América del Norte, el norte de Chile y el delta del Amazonas, donde se espera que las condiciones climáticas cambien de forma tan drástica que muchas especies podrían no sobrevivir sin ayuda.
La investigación ofrece un mapa global de las zonas donde los árboles quedan más expuestos al cambio climático, lo que supone una herramienta fundamental para la planificación de la conservación y para fortalecer la resiliencia de los ecosistemas.
Los árboles, debido a su larga esperanza de vida y al hecho de no poder desplazarse, son especialmente vulnerables a cambios rápidos de temperatura y precipitación.
El estudio se ha enfocado únicamente en la exposición climática, sin considerar otras amenazas como la deforestación o las especies invasoras, factores que si se añaden, podrían significar que los riesgos podrían ser aún mayores.
Esperanza, a pesar del riesgo
La buena noticia es que los investigadores también han identificado refugios climáticos: zonas donde se espera que las condiciones permanezcan relativamente estables y que podrían servir como lugares seguros para las especies arbóreas, si se protegen adecuadamente.
Estas áreas pueden ser clave para los esfuerzos de conservación a largo plazo, y los hallazgos reafirman la necesidad de aplicar acciones urgentes de conservación.
Entre estas estrategias se encuentran las del monitoreo de especies en alto riesgo, la protección de los refugios climáticos frente a la actividad humana, y la valoración de estrategias como la migración asistida de algunas especies.