Santiago de Compostela, 25 jun (EFE).- El Camino de Santiago encadena récords y este año espera superar por primera vez el medio millón de peregrinos, con rutas minoritarias que ganan adeptos, mientras los vecinos piden echar el freno y otro modelo turístico ante problemas como el encarecimiento de la vivienda o el ruido.
El año pasado 499.171 peregrinos completaron la ruta xacobea, un 12 % más que en 2023 y una cifra que se espera superar en 2025, cuando el Camino acumula un crecimiento del 9 %, según cifras de la Oficina de Acogida al Peregrino.
Este año han aumentado todos los meses excepto marzo -por el efecto de la Semana Santa, que en 2024 fue ese mes y en 2025 en abril- y, pese a las quejas de vecinos que denuncian una masificación, desde la administración defienden que crece de forma ordenada.
«Crece más en los meses de menor demanda», ha asegurado en una entrevista con EFE el director de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Manuel Merelles, que considera que con la promoción de la Xunta «se ha logrado generar en la población mundial una expectativa muy elevada de la experiencia que supone» esta ruta.
Más allá de la promoción institucional, el boca a boca también funciona: «Es la segunda vez que lo hago, con mi familia. Ellos no lo habían hecho nunca y siempre les había hablado muy bien de la experiencia», ha contado a EFE el alicantino Guillermo a su llegada a la capital gallega, tras seis días caminando desde Sarria (Lugo).
Los extranjeros son mayoría
Aunque se siguen viendo muchos españoles, los extranjeros son mayoría y rondan el 60 % del total, procedentes sobre todo de Estados Unidos, Italia, Alemania, Portugal, Reino Unido y Francia.
‘Santiago Ways’, uno de los principales turoperadores que organiza viajes para el Camino, espera este año un 20 % más de peregrinos estadounidenses, mexicanos, argentinos y británicos.
«Creemos que podemos seguir creciendo en Estados Unidos porque es un país muy grande y tiene mucha capacidad todavía», explica el director de Turismo de Galicia, que apunta a Brasil, México, Australia o Sudáfrica como otros mercados donde medrar.
También hay promoción específica en países donde se detecta crecimiento, como Polonia, Ucrania o Croacia.
Apuesta por la diversificación de las rutas
La Xunta apuesta por la diversificación, porque «todos los caminos son válidos para llegar a Compostela», esto es lo que opina Merelles.
Aunque el Camino Francés sigue siendo mayoritario, crecen rutas como el portugués por la costa (el año pasado un 42 %), y aumentan además las personas que peregrinan movidas por una razón no religiosa, como el contacto con la naturaleza, la cultura o buscarse a uno mismo.
«Quería tomarme tiempo y encontrarme a mí misma otra vez, y pensar un poco más en cuál es el sentido de la vida», ha explicado Kathrin, una alemana que caminó de Vigo a Santiago.
Para este año también se espera un empujón a raíz de la elección de León XIV. «Estuvo en la diócesis de Chicago. Tiene antecedentes familiares españoles y también hizo su labor pastoral en un país relacionado con España, que fue Perú», recuerda Merelles, que avanza que el nuevo papa será invitado al Xacobeo 2027.
Pero a la vez que crecen los peregrinos, crecen las denuncias de los vecinos del casco histórico, donde se vive un aumento del precio de la vivienda y transformación del comercio y los servicios de los barrios.
Los comportamientos incívicos
«Se están viendo comportamientos muy incívicos, desde trepar las columnas del Pazo de Raxoi, hacer picnics con camping gas en la Plaza de la Quintana o el Obradoiro, gente que micciona por cualquier esquina, pintadas, escritos o dejar basura colgada de las rejas de la catedral», ha enumerado a EFE Mon Vilar, presidenta de la Asociación Xuntanza.
La presidenta de esta asociación vecinal del barrio de San Pedro, por donde entran gran parte de los peregrinos hacia la catedral, asegura que la ciudad «no es capaz de sostener este número de visitantes».
«Hay una idea errónea en el relato sobre la ciudad de que vivimos del turismo y tenemos que aceptar que todo lo que pasa es normal», señala Vilar, que pide desestacionalizar de verdad el Camino, controlar los flujos, cambiar el modelo turístico y hacer cumplir las ordenanzas municipales.
A veces hay episodios desagradables entre peregrinos y vecinos que les llaman la atención, que según Vilar reciben «insultos» o comentarios como «vivís de nosotros».
«No se puede demonizar»
La administración autonómica, por su parte, no cree que haya una masificación. Así las cosas, Merelles dice que el debate es «ideológico»: «No se puede demonizar a los peregrinos porque esta ciudad nació precisamente para eso», y trabajar el equilibrio entre ciudadanos y visitantes «no ha de ser difícil».
Paula Fernández

