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El Camino de Santiago con perros crece a pesar de las dificultades y la falta de recursos

SEl Camino de Santiago puede hacerse de varias maneras y con diversa compañía, incluso animal. En los últimos años cada vez son más los peregrinos que deciden recorrer las rutas jacobeas acompañados de sus perros como la perra Daia que realizó con sus dueños el Camino Francés, una tendencia que sin embargo puede resultar algo compleja si no se prepara bien el viaje debido a la falta de recursos y en algunos casos a la poca empatía. EFE/ Xoán Rey.

José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela, 1 ago (EFE).- El Camino de Santiago puede hacerse de varias maneras y con diversa compañía, incluso animal. En los últimos años cada vez son más los peregrinos que deciden recorrer las rutas jacobeas acompañados de sus perros, una tendencia que sin embargo puede resultar algo compleja si no se prepara bien el viaje debido a la falta de recursos y en algunos casos a la poca empatía.

Hacer el camino con perro requiere de una preparación consciente, ya que son muchos kilómetros en los que el animal va a acompañar al humano en su recorrido y se debe pensar «siempre en su bienestar», explica a EFE Raquel Freiría, gerente de la Asociación Protectora de Animales del Camino de Santiago, Apaca.

Desde esta entidad, se trabaja a nivel autonómico en la protección de los animales, el fomento de una sociedad ‘dogfriendly’ ética y responsable y en la promoción de la Ruta Xacobea respetuosa con todos los seres, «en consonancia con los propios valores del Camino».

La asociación fue creada en 2015 y además de rescatar y asistir a los animales, también realizan campañas de esterilización y asesoran, orientan y prestan apoyo a los «perregrinos» antes y después de la ruta.

Desde Apaca apuestan por «iniciativas amables» para concienciar a la sociedad. Una de ellas es la Credencial y la Compostela Canina, que se expide del mismo modo que la tradicional para personas.

La Credencial del Perregrino sirve para ir colocando los sellos en los diferentes lugares por los que el animal va pasando en las etapas y los protagonistas de las portadas son peludos acogidos en Apaca y felizmente adoptados en el año anterior.

Por otro lado, la Compostela se expide y acredita que el perro ha recorrido el Camino y ha alcanzado la meta hasta Santiago.

Freiría asegura que en los últimos años este tipo de iniciativas y el movimiento ‘dogfriendly’ ha animado a mucha más gente a realizar el Camino de Santiago con perros, pero apunta a diferentes problemáticas que tienen que ver con el estado de los animales y con la poca conciencia social que existe todavía respecto a los que van a cuatro patas.

«La situación de maltrato animal ha empeorado en los últimos años», afirma la gerente de Apaca, que advierte que los perros en el rural gallego «están muchas veces atados, encadenados o encerrados», a pesar de que la normativa lo prohíbe.

«Las administraciones públicas no hacen nada para eliminar estas prácticas. Una de las peores imágenes que podemos dar del Camino es precisamente encontrar animales en mal estado a lo largo de las rutas», añade.

También apunta a la «empatía», ya que los albergues públicos no permiten a los perros pernoctar y los privados, que muchas veces se guían «solo por lo económico», tampoco lo hacen; y menta otras dificultades que tienen que ver con el transporte de mascotas, que se limita a los taxis.

Freiría pone además de relieve situaciones extremas, en las que tras un accidente o emergencia, los servicios sanitarios atienden a las personas y no se hacen cargo de las mascotas, quedando desvalidas y a merced de que alguien «de forma personal decida ayudar».

Dificultades para pernoctar

Desde Lugo, Inma viene con su perrita Daia y aunque afirma que ha vivido una experiencia «lindísima» y que el animal ha disfrutado «mucho», expone que todavía son pocos los albergues que aceptan mascotas y que ha tenido que preparar el viaje con antelación.

Adrián viene de Burgos con su perrita Laika y tras veinte días caminando ha llegado a Santiago. En su segunda experiencia de peregrinaje, ha decidido tirar de tienda de campaña debido al alto precio que suponen los hoteles o habitaciones privadas, ya que en muchos albergues no le aceptan por ir con perro.

«Hay albergues que quieren ayudar de verdad, gente que trabaja con el corazón. Pero hay otros sitios que son puramente un negocio y si ya tienen suficiente clientela les da igual que vengas con el perro y es una molestia para ellos», señala.

Él es muy consciente de las limitaciones de su acompañante, ya que las almohadillas de las patas de los perros sufren con el calor del terreno y por ello le echa una crema especial. En su mochila lleva varios kilos extra de la comida del animal, lo que reduce el hueco sobrante para su propia ropa.

«Al perro hay que tratarle como una persona más. Creo que hay que ser más estrictos con los comportamientos de ciertas personas; de la misma manera que si el perro se porta bien, hay que darle la bienvenida», zanja.

El Camino de Santiago puede hacerse de varias maneras y con diversa compañía, incluso animal. En los últimos años cada vez son más los peregrinos que deciden recorrer las rutas jacobeas acompañados de sus perros como la perra Daia que posa con sus dueños en el Monte do Gozo en el Camino Francés, una tendencia que sin embargo puede resultar algo compleja si no se prepara bien el viaje debido a la falta de recursos y en algunos casos a la poca empatía. EFE/ Xoán Rey
Adrián y su perrita Laika llegan a Santiago tras veinte días caminando. En los últimos años cada vez son más los peregrinos que deciden recorrer las rutas jacobeas acompañados de sus perros, una tendencia que sin embargo puede resultar algo compleja si no se prepara bien el viaje debido a la falta de recursos y en algunos casos a la poca empatía. EFE/Lavandeira jr