El campamento de Tor Vergata: miles de jóvenes duermen al raso por su Jubileo

Fieles asisten a una vigilia de oración dirigida por el Papa León XIV durante el Jubileo de la Juventud, en Tor Vergata, en Roma (Italia). EFE/EPA/ANGELO CARCONI

Roma, 2 ago (EFE).- La gran explanada de Tor Vergata, a las afueras de Roma, se ha transformado esta noche en un gigantesco campamento bajo las estrellas en el que cientos de miles de jóvenes pasarán la noche con sacos de dormir o mantas a la espera de la misa dominical del papa que pondrá fin al Jubileo de la Juventud.

«No había vivido algo así nunca. Es muy padre, conoces a muchas personas y te enriquece mucho como persona», confiesa a EFE Mateo, un joven peregrino de Ciudad de México que pasará la noche con “una cobija, la maleta como almohada y ya».

A cada participante se le ha entregado una caja con comida para la cena y el desayuno del domingo, que incluye latas, bollería, un bocadillo, zumo y agua, que les tiene que durar durante las muchas horas que pasarán en el recinto.

Algunos han traído esterillas o lonas para aislarse del suelo de tierra, otros algo más de comida y no faltan quienes acompañan la espera con guitarras y canciones para amenizar las largas horas antes del amanecer.

Durante la noche se espera que la temperatura en Roma baje hasta los 20 grados, después de pasar el día por encima de los 30. Sin embargo, los peregrinos no se mostraron preocupados por el fresco.

«Estuve en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, así que sabía perfectamente lo que tenía que traer: nada», explicó por su parte Almudena, una peregrina española. «Me he venido con la mochila de los peregrinos y una batería portátil», agrega.

«He confiado en que alguien trajera lonas grandes para tumbarme ahí, aunque no contaba con que fuera a hacer frío…», añadió.

Mauricio, un peregrino llegado desde Ecuador con un grupo de jóvenes, destacó la emoción del momento: «Hemos traído carpas para estar cómodos y poder vivir intensamente los momentos importantes del Jubileo», relata.

«Es inexplicable, al igual que las JMJ que hemos participado, nos llena bastante el corazón saber y ver y palpar la alegría de muchos jóvenes de todo el mundo que vienen y se unen a vivir intensamente estos momentos en el del Jubileo», añadió.

Entre la multitud y con tan solo un par de sacos de dormir está David Romero, un diácono ordenado hace apenas dos semanas en Guatemala que no ha dudado en viajar a Roma para vivir este momento con «la juventud de tan lejos».

Por otro lado, hay quienes, un poco más precavidos, han decidido optar por traer colchones inflables, sobre todo los italianos, que estaban más cerca de casa.

Tras días de celebraciones y actividades por las calles romanas, la energía de la juventud católica se ha concentrado en la explanada de Tor Vergata para la Vigilia con el papa León XIV, que se celebró este sábado, y la misa de mañana domingo, reafirmando el lugar como símbolo espiritual de una generación, como ya ocurrió en el Año Santo del 2000 con san Juan Pablo II.

Una vez finalizado el acto, el pontífice estadounidense y peruano regresó en helicóptero al Vaticano y dejó al millón de jóvenes con más actuaciones musicales antes de poner fin a la jornada.

En la mañana del domingo, a las 9:30 hora local (07:30 GMT), el papa volverá a Tor Vergata para celebrar la misa final, broche de oro a este Jubileo de la Juventud que ha reunido a fieles de los cinco continentes en la capital italiana.

Pero antes cientos de miles de personas (el dato de participación aún no es oficial) dormirán esta noche al raso en esta acampada colectiva, considerada uno de los gestos más emblemáticos de las grandes peregrinaciones católicas, en el que muchos han señalado como «el momento más esperado» del Año Santo.

Claudia Sacristán