Pekín, 29 jun (EFE).- El jefe de la diplomacia china, Wang Yi, emprenderá este lunes una gira por Bélgica, Alemania y Francia antes de la cumbre entre los líderes chinos y europeos prevista para julio, en un momento de ligera distensión en las relaciones bilaterales pero con diferencias aún latentes en varios frentes.
La Cancillería china precisó este viernes que la visita se desarrollará entre el 30 de junio y el 6 de julio, aunque no detalló cuándo llegará Wang a cada país.
En Bruselas, Wang acudirá a la sede comunitaria para una nueva ronda del diálogo estratégico de alto nivel entre China y la UE y reunirse con la jefa de la diplomacia continental, Kaja Kallas. Además, se reunirá con representantes del Gobierno belga.
En Alemania, el jefe de la diplomacia china tomará parte en un diálogo estratégico centrado en política exterior y seguridad.
En Francia, mantendrá un encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot.
«Nuevos factores»
Pekín y Bruselas han protagonizado un leve acercamiento en los últimos meses, a raíz de la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
«Los recientes cambios en la dinámica de Estados Unidos han introducido nuevos factores en las relaciones entre China y la Unión Europea», declaró el director del Departamento de Estudios Europeos del Instituto de Estudios Internacionales de China, Cui Hongjian, citado por el rotativo Global Times.
Según Cui, «Estados Unidos es ahora la principal fuente de incertidumbre para Europa, lo que ha incrementado el interés de la UE por reforzar la cooperación con China; sin embargo, la situación sigue siendo compleja».
Esta semana, Wang ya mantuvo un encuentro en Pekín con embajadores de los Estados miembros de la UE, ante quienes reafirmó que China y Europa deben considerarse «socios y no rivales», y subrayó la necesidad de que «la cooperación siga siendo el eje central» de sus relaciones.
«Con esta visita se pretende alinear posiciones con socios clave como Alemania, Francia y Bélgica, cuyos enfoques tendrán un peso determinante en la postura general europea hacia China, y establecer una base sólida para la próxima interacción entre los líderes de ambas partes», indicó Cui.
Persisten desacuerdos
Este mes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, criticó los «subsidios a gran escala para dominar la manufactura y las cadenas de suministro» por parte de Pekín.
En respuesta, la Cancillería china acusó a Bruselas de mantener una «doble vara de medir»: «Es la UE quien lleva años adoptando políticas industriales con enormes subvenciones», declaró uno de sus portavoces.
Este viernes, el Ministerio de Comercio chino anunció que extenderá durante cinco años la imposición de un arancel a las importaciones de toluidina europea, un compuesto utilizado en la fabricación de tintes, fármacos y pesticidas.
Pekín impuso estos gravámenes en 2013 por competencia desleal y lleva desde entonces renovándolos periódicamente.
Por su parte, Bruselas restringió recientemente la entrada de empresas chinas de dispositivos médicos en el mercado comunitario.
Sin embargo, ha habido también recientes síntomas de distensión: China informó este mes de que aplaza hasta el próximo diciembre la conclusión de su investigación por competencia desleal a las importaciones de ciertos productos de cerdo de la UE, una de las contramedidas chinas a los gravámenes continentales a sus vehículos eléctricos, entre las que también se incluyen pesquisas ‘antidumping’ a ciertos productos lácteos procedentes de los Veintisiete.
Las tierras raras, sobre la mesa
Fuentes continentales citadas por el diario hongkonés South China Morning Post expresaron su «frustración» por la falta de avances en las negociaciones comerciales con China.
Entre las demandas planteadas por la Comisión Europea figura la retirada permanente de los requisitos de licencia para exportar ciertas tierras raras, establecidos originalmente por Pekín para penalizar a Estados Unidos y que afectan también a empresas europeas.
La lenta evolución del diálogo con China ha reducido las expectativas de cara al encuentro previsto para julio, en el que es poco probable que se produzca un giro sustancial en la relación.
Según el experto en relaciones UE-China del grupo Rhodium, Noah Barkin, citado por el diario hongkonés, China no modificará su modelo económico por una cumbre, y lo máximo que podría ofrecer sería concesiones limitadas.