El carácter de Luis Enrique, el mejor fichaje del PSG

El entrenador del PSG, Luis Enrique Martínez, da instrucciones a sus jugadores durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Liverpool. EFE/EPA/ADAM VAUGHAN

París, 12 mar (EFE).- El París Saint-Germain espantó en Anfield parte de los fantasmas que le atenazan en Europa desde la llegada de los petrodólares cataríes y lo hizo con una nueva receta, el carácter de su entrenador, Luis Enrique, que ha sabido impregnar de espíritu luchador a un equipo que hasta ahora no lo tenía.

El equipo francés colecciona decepciones en la Liga de Campeones y en muchos casos se han atribuido a la falta de compromiso de una plantilla conformada a base de talonario, con algunas de las estrelas más resplandecientes del filmamento futbolístico.

El conjunto francés ha desembolsado los dos mayores fichajes de la historia del fútbol, Neymar y Kylian Mbappé, ha hecho venir a toda una constelación de jugadores, como Zlatan Ibrahimovic o Lionel Messi, pero no ha conseguido levantar la competición.

Luis Enrique ha cambiado la apuesta, se apoya en jugadores de menor valor en el mercado, fichados muchos de ellos para ser complemento de las grandes estrellas, que han abandonado el barco.

Con ellos, ha elaborado una propuesta futbolística muy basada en lo físico, destinada a asfixiar con una presión constante al rival, que se ha convertido en un planteamiento muy plástico que ha seducido a la afición francesa, algo cansada de las veleidades de sus divos.

A Anfield llegaban con todo en contra. Un injusto resultado de la ida que no solo les mermaba por el marcador, también amenazaba con afectar a la moral de una plantilla muy joven y, en muchos casos, poco experimentada en partidos de alto voltaje.

Pero con un arma nueva, el carácter de su entrenador, la lucha, la pelea constante, la ambición por no bajar los brazos que se plasmó en el partido de Joao Neves, el menudo centrocampista portugués que acabó secando a Mohamed Salah.

Ese carácter es el gran fichaje de Luis Enrique, que renunció a que el club trajera a ninguna estrella de renombre con el dinero que se ahorraban por la elevada ficha de Mbappé.

Una apuesta que le costó críticas al entrenador, que fue confrontando con la prensa a medida que le reprochaban falta de pegada en el equipo.

No se arrendó el técnico asturiano y siguió por su vía, que tras un inicio de temporada en Europa algo irregular, ha ido avanzando y subiendo a críticos a su barco.

En situaciones límite, donde las estrellas que llegaban colmadas de millones se diluían, el equipo de Luis Enrique muestra personalidad.

En Europa, donde el PSG se había acostumbrado a dudar por el peso de toda la responsabilidad que el propietario catarí ponía en esa competición, el técnico español ha sabido colocar al equipo en posición competitiva.

Perdió en París con un partido brillante en el que faltó puntería y resistió en Anfield a la presión del mejor equipo de lo que va de campaña, a la historia de un estadio mítico y a una de las aficiones más difíciles de afrontar.

El PSG no le perdió la cara al partido, forzó la tanda de penaltis y en ese contexto emergió un Gianluigi Donnarumma que se redimió de las críticas que viene recibiendo. Hasta el italiano mostró carácter cuando podía haberse derrumbado.

El camino es largo todavía hasta conseguir levantar el trofeo que el PSG lleva tantos años persiguiendo. Pero el equipo gana cada día en confianza y en carácter, el camino que ha sabido trazar su técnico y que se ha convertido en el mejor fichaje de la temporada.

Luis Miguel Pascual