El castillo de La Calahorra (Granada), la fortaleza que reescribe un nuevo reinado

La diputación de granada formaliza la compra del Castillo de la Calahorra en la comarca de Guadix (Granada), este miércoles. El presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, preside el acto institucional de adquisición del Castillo de La Calahorra. EFE/Miguel Ángel Molina

María Ruiz

La Calahorra (Granada), 30 jul (EFE).- El castillo de La Calahorra (Granada) se convirtió hace cinco siglos en el primero renacentista que se edificó fuera de Italia, una proeza monumental protegida como bien de interés cultural (BIC) que durante años ha reinado de espaldas a un turismo que ahora puede conquistar.

Una llave forjada de color cobre oxidado y de un tamaño impensable para el siglo XXI ha abierto este miércoles la puerta del castillo y una nueva etapa para esta fortaleza que pasa de manos privadas a ser un bien público gracias al empeño de la Diputación de Granada.

El presidente de la administración provincial, Francis Rodríguez, y el alcalde de La Calahorra, Alejandro Ramírez, han escenificado la nueva vida de este inmueble que se construyó en tres años -de 1511 y 1513-, estuvo habitado ocho, y ha batallado décadas para ser de titularidad pública.

Este monumento también ha luchado para conquistar turismo y convertirse en un referente cultural que genere empleo y desarrollo y, pese a abrir un día a la semana por lo complejo de su acceso, recibe cada año unas 10.000 visitas.

Para mejorar esos datos y que los vecinos de La Calahorra se reconcilien con su principal emblema, la Diputación de Granada lo ha comprado por 6,5 millones, una inversión a la que sumará partidas para arreglar los accesos, pintar sus instalaciones y programar cultura que llene de vida la fortaleza.

Agua y saneamiento

La diputación de granada formaliza la compra del Castillo de la Calahorra en la comarca de Guadix (Granada), este miércoles. El presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, preside el acto institucional de adquisición del Castillo de La Calahorra. EFE/Miguel Ángel Molina

Antes que el turismo, a esta mole visible desde toda la comarca y encaramada en una colina a 1.250 metros sobre el nivel del mar hay que llevar el agua y el saneamiento, y también los bienes muebles que lo decoraron en otras décadas y se cedieron temporalmente a municipios de la comarca.

«Se cambia hoy una historia de amor y odio con el castillo, que nos representaba pero no era nuestro», ha explicado el alcalde de La Calahorra, que espera que este monumento que ha sido escenario de rodajes de series y películas como La casa del dragón, la precuela de Juego de tronos, traiga prosperidad a este pueblo de unos mil vecinos.

Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza mandó construir este castillo a principios del siglo XVI, una fortaleza levantada sobre los restos de otro de origen árabe que destaca en el paisaje enmarcado por Sierra Nevada y el Marquesado del Zenete.

El primer cuerpo del castillo se hizo con materiales de la zona pero el segundo se levantó con mármol que viajó de Génova a Almería, y desde su puerto por carretas tiradas por animales hasta La Calahorra. Casi más sencillo que cerrar la compra del monumento, un empeño que se ha resistido varias décadas y que ahora ya es una realidad.

Las pierdas de portadas y ventanas están talladas a mano y las piezas llegaron numeradas para convertirse en una demostración de poder que el paso de las décadas fue marchitando.

Gracias al «marqués loco»

La diputación de granada formaliza la compra del Castillo de la Calahorra en la comarca de Guadix (Granada), este miércoles. El presidente de la Diputación de Granada, Francis Rodríguez, preside el acto institucional de adquisición del Castillo de La Calahorra. EFE/Miguel Ángel Molina

Rodríguez, que ha asegurado que la nueva historia del castillo se escribirá con un enfoque turístico y cultural, ha adelantado que un lavado de cara permitirá recorrer sus recovecos desde septiembre u octubre y que un convenio similar al activo con la casa natal de García Lorca permitirá que todos los granadinos lo conozcan.

La Calahorra seguirá escribiendo su historia gracias al «marqués loco» al que se le ocurrió construir «a muchas jornadas a uña de caballo» de cualquier capital del reino, a los que velaron por sus murallas, a los intelectuales que elevaron el castillo a BIC y al Obispado que evitó que se lo llevarán por piezas al otro lado del Atlántico.

También a la familia Tribaldos, unos guardeses que durante décadas le han inyectado vida y alguna mano de pintura, y a los Arteaga, que ahora lo han vendido para una nueva historia vinculada a la cultura y el turismo.

Vecinos y algún que otro turista han estrenado la nueva ‘personalidad’ pública del castillo con una visita entre tímida y disfrutona a una fortaleza que nunca ha estado cerrada, pero tampoco abierta, y que pretende ayudar a que el desarrollo reine en la zona.