San José, 4 sep (EFE).- Tres décadas de impulsar el arte y la hermandad entre los pueblos caracterizan al Centro Cultural de España (CCE) en Costa Rica, una historia que ahora quedará plasmada en un libro que repasa las experiencias vividas, resaltando la importancia de la cultura para la sociedad.

El libro ’30 años y contando del CCE’, escrito por el costarricense Alexander Jiménez, pretende mantener vivo el legado de las personas que han pasado por el Centro Cultural, conocido como ‘El farolito’, y el papel que ha jugado como espacio para la libertad de expresión, la exposición de obras de cualquier disciplina artística o la formación y desarrollo de artistas.

El CCE abrió sus puertas en el Barrio Escalante, en la capital costarricense, el 12 de febrero de 1992, por lo que han sido ya 33 años de trabajo continuo en la promoción del arte.
La creación de este centro respondió a la voluntad política de España de ir ampliando la cooperación con Iberoamérica y se orienta hacia la realización de proyectos y actividades conjuntas con las instituciones costarricenses colaborando en la mejora de la oferta cultural y dando a conocer su propia cultura.
La embajadora de España en Costa Rica, Eva Martínez, resaltó en la presentación del libro la importancia de la cooperación cultural entre países hermanos y comentó que ese ha sido uno de los principales objetivos de su gestión en San José, que termina este mes.
«La principal labor del Centro Cultural ha sido ser ese punto de encuentro entre creadores costarricenses y españoles. La emoción es muy difícil de reflejar en un libro recopilatorio como este, pero sí creo que el libro físico servirá para rendir homenaje a tanta gente que trabajó por el desarrollo de este centro y tanta gente que se encontró y creó aquí», expresó Martínez.
El Gobierno costarricense entregó a la embajadora Martínez la medalla Carmen Lyra a la Hermandad Cultural, con la cual condecora a las personas locales o extranjeras que hayan demostrado un compromiso relevante y sostenido con la promoción de la cultura costarricense, el fortalecimiento de sus instituciones culturales o el fomento del diálogo intercultural.
El ministro de Cultura y Juventud de Costa Rica, Jorge Rodríguez, calificó al Centro Cultural como «un motor vivo del intercambio, la creatividad y la cooperación» y «una luz encendida en medio del corazón de San José, que ilumina orienta y convoca».
«El Farolito ha sido desde su creación un punto de encuentro, un espacio donde la cultura española y la costarricense han dialogado, se han abrazado, han transformado y han creado proyectos que nos enriquecen a todos», manifestó Rodríguez.
El escritor del libro, Alexander Jiménez, afirmó que sin la presencia del Centro Cultural, Costa Rica se hubiera perdido una idea desarrollada de la cultura, de una constelación de proyectos de cine y para el apoyo a editoriales independientes, la formación de muchos y un tipo propositivo de crítica cultural.