El chef Pere Arpa cambia la estrella Michelin por un menú de 20 euros en Can Gelada

El chef Pere Arpa, que lució una estrella Michelin durante catorce años en una provincia tan vinculada a la alta cocina como Girona, acaba de reabrir en Palol de Revardit (Girona) Can Gelada, donde ofrece un menú diario de veinte euros y desde el cual critica la gastronomía "para ricos". EFE/David Borrat

Palol de Revardit (Girona), 28 sep (EFE).- El chef Pere Arpa, que lució una estrella Michelin durante catorce años en una provincia tan vinculada a la alta cocina como Girona, acaba de reabrir en Palol de Revardit (Girona) Can Gelada, donde ofrece un menú diario de veinte euros y desde el cual critica la gastronomía «para ricos».

Arpa se ha puesto al frente de un establecimiento muy popular hasta que sus anteriores propietarios se jubilaron hace dos años y donde la brasa había sido siempre protagonista.

Ahora, se aferra a aquel espíritu con una revisión actualizada de la cocina catalana y unos precios al alcance de bolsillos que se quedan fuera en muchos casos de la oferta de la que él formó parte cuando regentaba Ca l’Arpa, el restaurante de su Banyoles natal donde obtuvo la estrella Michelin y dos soles Repsol, hasta que cerró en 2021.

Después de aquello, se convirtió en responsable de cocina del hotel Mas Lazuli de Pau, que cuenta con una llave Michelin, así como del Villa Gala de Cadaqués y el Casa Anamaria de Vilademuls.

Formado con referencias como Martín Berasategui en el Bodegón Alejandro de San Sebastián, Pere Arpa conoce sobradamente la alta cocina, pero lamenta después de los años -y lo hace en primera persona-, que se haya sacado «a los gastrónomos de la mesa y puesto en ella a la gente que puede pagar esos precios».

Explica que, cuando él empezó en el negocio de su familia, el Hostal Mas Ferrer de Cornellà del Terri, muy próximo a Banyoles, había «los restaurante básicos y los más gastronómicos, que costaban tres veces más, pero ahora la diferencia es doce o quince veces más».

Cocinar para aquellos a quienes gusta comer

El chef Pere Arpa, que lució una estrella Michelin durante catorce años en una provincia tan vinculada a la alta cocina como Girona, acaba de reabrir en Palol de Revardit (Girona) Can Gelada, donde ofrece un menú diario de veinte euros y desde el cual critica la gastronomía "para ricos". EFE/David Borrat

Desde su nuevo Can Gelada en Palol de Revardit, reivindica «que la cocina sea para la gente a la que le gusta comer» y no exclusivamente para una franja de la sociedad que puede asumir esos precios.

Reconoce los problemas que le puede provocar este posicionamiento, pero recuerda que Ca l’Arpa ya fue el restaurante Michelin «más económico de la Península» y, ahora, da este salto con un menú diario de veinte euros y una carta asequible y «sostenible de verdad».

Sus proveedores son de proximidad, se aprovecha de tener tan cerca la Costa Brava, apunta que «no todos los pescados son caros» y señala a aquellos cuyo discurso es «de cocina catalana, pero la hacen con un aceite de Jaén y verduras de por ahí».

Él quiere que Can Gelada se convierta en un «escaparate» de agricultores, ganaderos y gente de alrededor, «porque cuando vas a un territorio que no es el tuyo lo que quieres es probarlo».

«Aquí en esta zona, por ejemplo, tenemos la butifarra de hígado por la proximidad a Francia», puntualiza y se declara satisfecho con su nuevo trabajo después de tiempo buscando algo así para ponerse al frente.

«Quería una cocina a la leña, un restaurante histórico y actualizar la visión que ya tenían quienes estaban antes aquí, que iban a buscar los corderos a sitios que criaban por aquí para después cocinarlos», subraya.

Esa oferta culinaria basada en la «autenticidad» la ha actualizado, pero ha mantenido el nombre del establecimiento: «Los cocineros pasamos, pero las casas se mantienen y Can Gelada pasa por delante de Pere Arpa».

El chef Pere Arpa, que lució una estrella Michelin durante catorce años en una provincia tan vinculada a la alta cocina como Girona, acaba de reabrir en Palol de Revardit (Girona) Can Gelada, donde ofrece un menú diario de veinte euros y desde el cual critica la gastronomía "para ricos". EFE/David Borrat