Washington, 30 sep (EFE).- El cierre del Gobierno Federal de EE.UU., que se antoja ya difícilmente evitable, afectaría a los servicios de la administración considerados no fundamentales, como la operación de parques nacionales o la posibilidad de realizar ciertos procesos administrativos en papel, y a la larga podría tener efectos aún más caóticos como retrasos y cancelaciones masivas en aeropuertos.
El fracaso de las negociaciones entre republicanos y demócratas para acordar un presupuesto en el Congreso aboca al país a un cierre parcial cuya duración -condicionada por lo que ambos partidos tarden en alcanzar un acuerdo- resultará clave en la disrupción de las prestaciones de las agencias del Gobierno central.
Parques y museos nacionales cerrados
Durante el cierre de Gobierno, los museos federales -lo que incluye a los 21 del Instituto Smithsonian en Washington y Nueva York- cerrarían, aunque cabe la posibilidad de que algunas de estas instituciones consideren que pueden usar fondos sobrantes para operar de manera provisional.
Lo mismo sucedería con los más de 63 Parques Nacionales repartidos por todo el país, aunque muchos seguirían siendo accesibles pero sin servicio de guardabosques ni centros de visitantes abiertos. A su vez, estados como Arizona, Utah o Colorado han dicho que usarán fondos estatales para mantener sus parques más populares totalmente abiertos.
El Departamento de Educación se prevé en su mayor parte cerrado, así como agencias regulatorias como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Si bien las gestiones electrónicas relacionadas con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) no resultarían afectadas, esta agencia no procesaría documentos en papel ni atendería llamadas telefónicas en caso de que demócratas y republicanos sigan sin acuerdo a la medianoche de hoy.
Potenciales retrasos en aeropuertos o expedición de visados
Al ser considerados esenciales, el cierre parcial del Gobierno Federal no afectaría al personal de la Administración para la Seguridad en el Transporte (TSA) ni a los controladores aéreos, pero sí a sus sueldos, que no les serán abonados hasta que haya acuerdo bipartito.
Es de prever, como sucedió en el cierre que aconteció en el primer mandato de Trump entre diciembre de 2018 y enero de 2019, que si la suspensión parcial de la Administración se prolonga mucho representantes de ambos gremios comiencen a ausentarse de sus puestos alegando enfermedad para así ejercer presión sobre el Congreso.
Esto generaría importantes retrasos y hasta cancelaciones de vuelos en todo el país.
A su vez, embajadas y servicios consulares de EE.UU. (incluyendo trámites para pasaportes y visados) seguirían operativos en general durante el cierre, aunque los plazos de procesamiento podría aumentar debido a la menor disponibilidad de personal.
También se cree que un cierre prolongado podría interrumpir programas como WIC, iniciativa federal que proporciona suplementos alimenticios y atención médica a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, así como a bebés y niños menores de cinco años, pertenecientes a familias de bajos ingresos y en riesgo de sufrir desnutrición.
Fuerzas de seguridad, servicio postal y seguridad social en funcionamiento
Las fuerzas de seguridad, desde los agentes del FBI o la CIA al Ejército, seguirían trabajando en caso de cierre, aunque ninguno de ellos cobraría su sueldo hasta que el Congreso apruebe un presupuesto que permita la reapertura total del Gobierno Federal.
El servicio postal también mantendría intactas sus funciones, al igual que el Seguro Social o programas de salud como Medicare.