El cine elude a Sor Ángela porque sus hermanas no la conciben encarnada por una actriz

SEVILLA, 22/06/2025.- Gervasio Iglesias, productor de películas como "La isla mínima" o "Grupo 7" y actual subdirector del Área de Cine de TVE", posa durante una entrevista con EFE en Sevilla. EFE/Carlos Rivera

Sevilla, 22 jun (EFE).- Productor de películas como ‘La isla mínima’ o ‘Grupo 7’, Gervasio Iglesias, actual subdirector del Área de Cine de TVE, ha dicho a EFE que eludió llevar a Sor Ángela de la Cruz, Santa Ángela, a la pantalla después de que las Hermanas de la Cruz le dijeran que no concebían que una actriz la encarnara, por lo que entonces optó por escribir la novela ‘Ángela’ (El Paseo).

Gervasio Iglesias, que nació y vive en una casa muy próxima al convento que es la sede central de las hermanas de la Cruz en el casco histórico de Sevilla, ha dicho a EFE que Sor Ángela, de un modo u otro, siempre fue un personaje que le fue próximo, pero cuando se puso a investigar sobre su vida y sus hechos fue cuando quedó fascinado por ella: «Yo soy ateo, no creo en Dios, pero creo en Ángela y en personas como Ángela, que son las que hacen buenas a la Humanidad».

La acción de su novela arranca en marzo de 1932, el día de la muerte de la Santa, que nació en 1875, y el protagonista es un concejal socialista, médico de profesión y apasionado anticlerical que, sin embargo, el día de la muerte de la monja llamó a homenajearla por «encarnar unos valores humanos excepcionales» que jamás, dijo, había encontrado en ninguna otra persona.

Fue al encontrarse con aquel llamamiento en la prensa de la época cuando Iglesias se puso a investigar en la hemeroteca sobre la vida de Sor Ángela e inicialmente concibió una serie para televisión, se puso en contacto con una plataforma que le aceptó la idea y, posteriormente, se reunió con la superiora de las Hermanas de la Cruz para presentarles la idea.

 

Asamblea de monjas

Las monjas se reunieron, valoraron la idea del productor y sus puntos de vista sobre sor Ángela, así como su afán por dar a conocer esta figura histórica que Iglesias considera aún muy desconocida, pero le dijeron que no veían «a la madre» interpretada por ninguna actriz.

Iglesias, lejos de sentirse defraudado, comenta con humor que las monjas llevaban razón, porque, «si se piensa en la figura de Santa Teresa, a todo el mundo se le viene a la cabeza la cara de Concha Velasco y, claro, ¿quién iba a ser Sor Ángela?»

Del contraste de Ángela con su protagonista, el concejal republicano, ha explicado que fue represaliado tras la Guerra Civil y uno de los que acompañó a Blas Infante como ponente en el Estatuto de Autonomía para Andalucía y que era un hombre que decía que «cuando veía a un nazareno por las calles de Sevilla se avergonzaba del género humano y, sin embargo, reconoce en una persona tan integrada en la Iglesia católica como Ángela todas esas virtudes humanas».

Iglesias ha detallado la personalidad de Sor Ángela por «su profunda religiosidad, estaba fascinada por Cristo, en sus escritos más que Dios habla de Cristo, de ese Cristo de la cruz que se humilla y se sacrifica por los demás; ella tuvo un sueño a los doce años en el que ve a Cristo crucificado y una cruz vacía al lado, y entendió que ese era su sitio».

Hacerse pobre para ayudar a los pobres

«Ella creía que había que darlo todo por los demás y, desde muy niña, con seis años, se privaba de comer para dárselo a los más necesitados; en Sevilla en esa época había bolsas de auténtica miseria, de gente que no tenía para comer, además de los continuos desbordamientos del río y de las epidemias; era una ciudad que tenía la Corte de los Montpensier y a gente que acudía del campo hacinada en corralones de vecinos en condiciones miserables».

 «Con su idea de que para ayudar a los pobres había que hacerse pobre, cambió el concepto de la caridad cristiana para pasarlo al de la solidaridad; y con eso cambió el curso de la historia», ha considerado Iglesias.

 Sobre el paralelismo entre Ángela y el concejal republicano, Iglesias ha concluido: «La historia de Ángela lo que cuenta es que lo que prevalece, lo importante al final, es la humanidad de las personas, más allá de las creencias y de la ideología; y lo estamos viendo otra vez en unos momentos en que todo se vuelve a polarizar y parece que si alguien no piensa como tú ya es tu enemigo».

«Es lo mismo que le pasó también con la Infanta María Luisa, que al final se hicieron muy amigas y ella, que tenía quince años más que Ángela y falleció antes, pidió ser amortajada con el hábito de las Hermanas de la Cruz, de las Hermanas de los Pobres». EFE

Alfredo Valenzuela