Madrid, 3 jun (EFE).- El comandante de la Operación Atalanta, vicealmirante Ignacio Villanueva, ha constatado un descenso de la piratería en el océano Índico tras el repunte que se produjo el pasado año, cuando se registraron 46 ataques de piratas, lo que ha achacado a la rapidez de actuación de esta misión de la Unión Europea.
«Me parece bastante razonable suponer que si hemos puesto 62 piratas a disposición de los jueces como ha ocurrido el año pasado, sea un factor importante en ese descenso», ha señalado en un encuentro informativo Villanueva, quien, no obstante, ha advertido de que continuará habiendo ataques piratas hasta final de año.
Atalanta, puesta en marcha en 2008 por la UE, tiene como misión proteger de los ataques de los piratas el tráfico marítimo, especialmente a los buques del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, pero también a los mercantes y a los pesqueros que operan por el océano Índico.
En los cinco meses que llevamos de año Atalanta ha estado involucrada directamente y de forma muy activa en los cuatro casos de piratería que se han registrado, principalmente relacionados con licencias de pesca, todos ellos localizados en aguas de Somalia.
El comandante ha resaltado que la rapidez de actuación de la operación ha evitado que esos actos de piratería en aguas territoriales se hayan trasladado al centro del océano donde los piratas podían haber abordado barcos mayores.
En este sentido, ha valorado los acuerdos bilaterales con los países de la zona de actuación de la operación con el fin de poder cerrar el círculo.
«Se coge a los piratas en la mar haciendo el acto supuestamente ilícito, se presentan al juez, éste acepta el caso porque hay evidencias suficientes, se les juzga y cumplen condena», ha precisado.
Para el vicealmirante, el primer desafío de cara al futuro es que las naciones europeas mantengan la apuesta por Atlanta, cuyo mandato se extiende hasta febrero de 2027, y el segundo es la coordinación tanto con los países aliados como con los regionales.
La misión está integrada por 16 naciones europeas y cuatro no europeas (Colombia, Corea del Sur, Montenegro y Serbia) y, según ha avanzado el comandante, hay otras naciones interesadas en unirse como Perú.
El 80 % de la participación es de España, que alberga, además, el cuartel general, en Rota (Cádiz).
La máxima capacidad de la misión son dos buques de superficie, uno de ellos español y otro italiano, además de un avión de patrulla marítima y varios helicópteros. Esta semana la fragata Navarra ha zarpado desde la base naval de Rota rumbo al Índico para relevar a la Reina Sofía.
Aunque el presupuesto de la operación es bajo (unos 6,7 millones de euros), Villanueva destaca el esfuerzo adicional que hacen países como España que mantiene un barco desplegado de manera permanente. «No es sencillo», admite.
La forma de colaborar con China es otra de las cuestiones que se están abordando dada la presencia cada vez más importante de este país en el continente africano.
En estos momentos «tenemos una coordinación amable, no buscamos activamente hacer operaciones o ejercicios conjuntos con ellos, pero sí respondemos a las necesidades operativas que surjan» en caso de que los piratas aborden algún pesquero chino como ya ha ocurrido, apunta el vicealmirante, que desconoce si esas relaciones se intensificarán.
Villanueva valora como especialmente gratificante el trabajo que se hace para proteger a los barcos del programa mundial de alimentos, ya que Somalia necesita comida para que sus habitantes no mueran de hambre y una de las formas de proveer de comida a este país es que la ONU siga fletando sus barcos.
«Atalanta es necesaria para ellos, nos agradecen muchísimo la protección y nos solicitan que sigamos a ese ritmo», señala.