El conflicto entre Tailandia y Camboya deja a los supervivientes en shock

Kantharalak (Thailand), 01/08/2025.- Familiares de personas que fallecieron por el impacto de un cohete camboyano en una gasolinera en Tailandia. EFE/EPA/NARONG SANGNAK

Taryn Wilson

Sisaket/Ubon Ratchathani, Tailandia, 2 ago (EFE).- Kamonrat Phonsetthalert acababa de salir de su gasolinera en la provincia tailandesa de Sisaket cuando un cohete disparado desde el otro lado de la frontera, en Camboya, se estrelló contra el techo, enviando una bola de fuego al cielo.

El ataque del 24 de julio fue un punto decisivo al comienzo de cinco días de intercambio de fuego de artillería y maniobras aéreas, durante un conflicto armado en zonas limítrofes que mató a 43 personas y desplazó a más de 350.000 en ambos países.

Ocho de las muertes se computaron en la gasolinera, donde Kamonrat, de 44 años, vio ocurrir el ataque.

«Lo vi y lo oí todo. Vi venir el cohete y bombardearlo todo», cuenta la mujer a EFE durante una visita el viernes a los lugares afectados -con diplomáticos de 11 países y agregados de defensa de 23 naciones-, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tailandia, después de que Camboya hiciera algo similar esta semana.

«Vi la explosión (…) el fuego era muy alto. Me dijeron que el fuego era tan intenso que no pudieron salvar a la gente de la tienda (adjunta)», declaró Kamonrat a los periodistas frente al edificio arrasado, en un aparcamiento cubierto de cristales rotos.

«En ese momento, nuestras escuelas seguían funcionando con normalidad. Todos seguían con su vida normal. Nadie pensó que algo así sucedería. Fue una pérdida tremenda para personas inocentes que no tenían ni idea de lo que se avecinaba», añadió.

Dos días después del ataque, los bombardeos también dañaron el hospital Ban Sam Meng, que había sido evacuado el día anterior.

Las autoridades tailandesas acusan a Camboya de violar el derecho internacional al atacar lugares civiles con armas de largo alcance durante los combates, que finalizaron con un alto el fuego negociado el lunes en Malasia, con mediación de Estados Unidos y acompañamiento de China.

Aunque las partes se acusan de haber violado el acuerdo en las primeras horas, la frágil tregua parece mantenerse.

Sin poder volver a casa

Kantharalak (Thailand), 01/08/2025.- Tailandeses en un refugio temporal tras ser evacuados de sus hogares por los enfrentamientos en zonas fronterizas con Camboya. EFE/EPA/NARONG SANGNAK

Unas 1.000 personas de todas las edades aún permanecen en uno de los numerosos centros de evacuación temporales del lado tailandés de la frontera. Charlan entre sí sentados en colchonetas, algunos en tiendas de campaña, todos con muy pocas pertenencias. Los niños duermen la siesta en hamacas y otros juegan cerca.

Pitsamai Palasak, de 50 años, explicó a EFE que se encuentra en el refugio desde que fue evacuada el mismo día del ataque a la gasolinera, pero espera volver a casa en unos días.

«Solo quiero que todo se calme pronto. Extraño mi hogar. Extraño a mis mascotas, mi coche, mi casa, no me llevé nada. Cuando evacuamos, no estábamos nada preparados» sostuvo.

Añadió que la casa de su vecino fue alcanzada por un disparo camboyano.

«Tenía mucho miedo. Todo sucedió de repente. Estaba alimentando a mis mascotas cuando oí el ruido y salí corriendo enseguida», prosiguió.

El agregado de defensa holandés, coronel Norbert Johannes Moerkens, que habló con algunas de estas víctimas, dijo a EFE que espera que las partes resuelvan pronto sus diferencias.

«Lo que hemos visto hoy es que principalmente los civiles son las víctimas inocentes de cualquier conflicto en cualquier parte del mundo», expresó.

El diplomático felicitó a Malasia, que ocupa la presidencia de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), por haber facilitado el diálogo que permitió la tregua.

Contrarrestar la desinformación

Kantharalak (Thailand), 01/08/2025.- El agregado de Defensa holandés, coronel Norbert Johannes Moerkens, habla con algunas personas que presenciaron los ataques de Camboya de la semana pasada. EFE/EPA/NARONG SANGNAK

Tailandia y Camboya siguen acusándose mutuamente de disparar primero.

«No había ninguna razón o motivo (para que Tailandia) disparara primero», aseguró durante la visita a una zona afectada el viceministro de Asuntos Exteriores, Russ Jalinchandra, quien agregó que su Gobierno había actuado en defensa propia.

Durante la sesión informativa, realizada para contrarrestar la «desinformación camboyana», las autoridades tailandesas expusieron una cronología de los acontecimientos y rechazaron las afirmaciones de que habían invadido el país vecino.

Como parte del acuerdo de alto el fuego, Malasia y Tailandia tenían previsto reunirse para seguir negociando el lunes en Nom Pen, pero ahora eso ocurrirá en Malasia después de que Bangkok solicitara que el encuentro se celebrara en territorio neutral.

Este último conflicto en la prolongada disputa fronteriza comenzó a escalar más rápidamente en una escaramuza entre Ejércitos registrada en mayo, cuando un soldado camboyano murió y ambas partes empezaron a imponer restricciones fronterizas.