Cracovia (Polonia), 2 jun (EFE).- El conservador Karol Nawrocki ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo en Polonia con el 50,89 % de los votos, frente al 49,11 % de su rival, el liberal Rafal Trzaskowski, según el resultado del 100 % de los votos escrutados publicado por la Comisión Nacional Electoral.

En total, Nawrocki, apoyado por el principal partido de la oposición, el ultraconservador Ley y Justicia (PiS), ha logrado 10.606.682 votos, mientras que Trzaskowski, alcalde de Varsovia y respaldado por la coalición gubernamental del primer ministro Donald Tusk, logró 10.237.177.
La diferencia, un 1,78 % es mínima y supone el segundo golpe en unas presidenciales para el aspirante liberal y proeuropeo, que perdió en 2020 con una diferencia del 2,06 % contra el actual presidente de Polonia, Andrzej Duda, que concluye en agosto su segundo mandato consecutivo al frente de la jefatura de Estado del país centroeuropeo.
En los sondeos a pie de urna nada más cerrar los colegios electorales, dos empresas demoscópicas habían otorgado a Trzaskowski una ventaja mínima sobre su rival nacionalista, pero dos horas después dieron en un informe ya más detallado a Nawrocki como ganador, aunque por la mínima.
Tras los primeros sondeos tanto Nawrocki como Trzaskowski reivindicaron la victoria en las urnas. Especialmente el candidato conservador no quiso darse por vencido al apostar por los pueblos, donde tiene sus grandes bastiones, frente a las ciudades, donde iba a dominar el político liberal.
Esta situación recordaba a la de las elecciones presidenciales de 1995, cuando Lech Walesa compitió con Aleksander Kwaśniewski y, aunque en los primeros sondeos éste había cogido la delantera, al día siguiente resultó ganador su rival y se convirtió en presidente.
El resultado preliminar en las elecciones presidenciales del domingo, en las que hubo una participación del 71,63 %, la más alta en unos comicios de este tipo en Polonia, supone un duro revés para la coalición gubernamental de Tusk, quien admitió tras la primera vuelta que el Gobierno había recibido una “tarjeta amarilla” de la población, pero confiaba aún en una victoria.
Un duro revés para el Gobierno liberal y proeuropeo
El desenlace de estos comicios tiene profundas implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda reformista.
El alcalde de Varsovia había prometido impulsar reformas como la liberalización del aborto, las uniones civiles y revertir las reformas judiciales del PiS, además de buscar una relación más estrecha con Bruselas.
Por el contrario, la victoria de Nawrocki, es vista como la continuidad al frente de la Presidencia polaca de Duda, quien no ha dudado en vetar varias iniciativas de Tusk, por lo que los analistas creen que la gestión del Gobierno de Tusk seguirá siendo difícil, con un posible estancamiento de su agenda reformista.
Duda dio esta mañana sus gracias a los votantes por haber acudido a las urnas y felicitó al ganador y la frase “¡mantente fuerte, Polonia!” frente al Gobierno liberal.
El presidente polaco tiene el derecho de veto legislativo, puede enviar leyes al Tribunal Constitucional, cuyos miembros fueron nombrados en su mayoría por parlamentos dominados por el PiS, es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y debe aprobar todos los nombramientos importantes, como los embajadores.
Nawrocki, de 42 años y un exboxeador recién llegado a la política con un perfil euroescéptico, ha adoptado posiciones más duras en temas como la inmigración, ha mostrado afinidad con el Gobierno de Donald Trump, del que recibió su apoyo, y ha mostrado reticencias hacia la integración de Ucrania en la OTAN.
Las elecciones presidenciales han sido, con unos resultados tan reñidos, un espejo de las “dos Polonias” que existen en el país centroeuropeo, una tendiendo a la vertiente proeuropea y liberal, y otra ultraconservadora, que, repartidas en dos diferentes poderes del Estado, son difíciles de conciliar.