Ruth del Moral
Madrid, 12 mar (EFE).- Cuando el 14 de marzo de hace cinco años se anunció el cierre total de colegios, institutos, universidades y centros educativos para prevenir el contagio del covid, empezó una auténtica revolución en la educación: clases on line, bajada de ratios, menos repeticiones y un modelo de selectividad más flexible.
Pero también, mayor atención al bienestar del alumnado y una reflexión sobre el modelo educativo.
A día de hoy, ¿qué ha quedado de todo aquello?.
Durante tres meses y ocho días, estudiantes y profesores se confinaron en sus casas y empezaron a aprender y a enseñar a través de tecnologías que les eran desconocidas.
En unas horas se pasó de la educación presencial a la educación virtual; clases por videoconferencias y las tareas a través de plataformas. Una infraestructura que se ha mantenido en muchos centros cinco años después.
La prioridad era salvar el curso, sobre todo, el de los alumnos de segundo de Bachillerato, que se enfrentaban a la prueba de Acceso a la Universidad (entonces EBAU).
Medidas sin precedentes; algunas llegaron para quedarse
– Bajada de ratios: Si realmente hubo algo revolucionario fue la bajada de ratios a la mitad en 1º y 2º de la ESO. En Bachillerato los centros desdoblaron aulas con diferentes horarios y días de clase.
“En algunos colegios las ratios bajaron hasta 13 alumnos”, señala a EFE el secretario de enseñanza pública no universitaria de CCOO, Héctor Adsuar, que incide en que la pandemia “evidenció cómo calcular los recursos que necesita cada comunidad autónomo para bajar el alumnado por clase”.
– Refuerzo de docentes, con 2.000 millones para gasto educativo: Se incorporaron 33.323 docentes. Medida que duró poco más de un año, porque al curso siguiente las comunidades autónomas los redujeron en 12.200 personas.
Del total de profesorado contratado tras el primer año de confinamiento han permanecido 17.000 docentes en el curso 2022-2023.
Hubo autonomías, como Murcia, que eliminaron los refuerzos al 100 %, en los dos cursos siguientes, otras como Madrid o Aragón rebajaron sus efectivos adicionales al 71 %, mientras que Andalucía redujo los docentes de refuerzo al 59 %, Cantabria y Navarra al 42 % y Galicia al 35 %.
– Una EBAU más fácil: se modificaron las fechas y el examen para hacerlo más optativo. Una fórmula que se ha mantenido durante cuatro años hasta este curso, en el que se estrena la nueva Prueba de Acceso (PAU) más competencial y con un solo modelo de ejercicio por asignatura.
– Programa PROA+ del Ministerio de Educación: La pandemia puso en marcha este programa que ayudó al alumnado con mayores dificultades de aprendizaje y que se mantiene con una dotación aproximada de 118 millones de euros desde su inversión inicial de 60 millones.
– Enfermeras escolares y coordinador de bienestar: una medida que se mantiene para ayudar a la salud física y mental del alumnado es la figura obligatoria de la enfermera escolar y del coordinador de bienestar en los centros públicos.
Instituciones privadas como el CEU crearon el programa Mentis, para “cuidar la salud mental del alumnado, su familia y el profesorado y su aplicación ha seguido incrementándose en los colegios”, señala a EFE el director de CEU Sanchinarro, Carlos Ortiz, que también explica que las becas desde entonces han cogido impulso.
“La pandemia puso en evidencia que los alumnos deben ocupar un rol prioritario y por ello les preguntamos qué cosas querían cambiar. Uno de los puntos críticos aludía a la fragilidad para conservar el bienestar emocional”, inciden también fuentes de la Institución Educativa SEK que explican que pusieron en marcha el BeWell Center, de acompañamiento psicológico y que se mantiene.
– Menos repeticiones de curso: La mayoría de comunidades votaron a favor de que la repetición de curso fuera excepcional. Una recomendación de la entonces ministra de Educación, Isabel Celáa, que ha quedado plasmada actualmente en la nueva ley educativa, LOMLOE.
– Clases on line: Las clases virtuales hoy han desaparecido, aunque las tutorías on line se mantienen en algunos centros privados y los claustros de profesores en horario no lectivo también continúan en ciertos institutos públicos de Andalucía, señala a EFE el sindicato Anpe.
“En la Universidad solo somos partidarios de virtualizar docencia de máster o títulos propios, no de grados oficiales”, incide por otra parte el vicerrector de Estudios de la Autónoma de Madrid, Santiago Palacios.
– Jornada escolar continuada: Durante la pandemia se flexibilizaron los criterios de votación para modificar la jornada escolar en favor de la intensiva. Un cambio que solo duró un año pero que caló de forma favorable en muchos colegios.
– La vuelta al cole segura: entradas al cole por edades, mascarillas para los menores de 6 años, distancias de seguridad de 1,5 metros, gel hidroalcohólico a las puertas del cole, horarios de recreo diferenciados o ventilación frecuente en las aulas, fueron medidas que hoy son un recuerdo.
“En algunos centros aún quedan botes de gel, incluso alfombrillas de limpieza de calzado”, señala la presidenta de Concapa Ángela Melero a EFE tras recordar la compra de aparatos purificadores de aire “que limpiaban de virus determinadas clases dependiendo de los metros cuadrados y que hoy estarán en almacenes o reciclados en algún punto limpio”.