Madrid, 26 sep (EFE).- Marcos Llorente es el único futbolista del Atlético de Madrid, más allá del portero Jan Oblak, con todos los minutos disputados en esta temporada, entre su polivalencia, sus cualidades, su despliegue físico y su reinvención entre central y lateral, donde vuela al derbi de este sábado contra el Real Madrid en el estadio Metropolitano.
Sobrepasado el irregular inicio, con aquella conducción perdida que supuso la falta que originó el gol del empate del Espanyol en la primera jornada, superadas las dudas de los primeros compases contra el Elche y el Alavés, su importancia en la evolución actual del conjunto rojiblanco es crucial, en cualquier posición y contra cualquier rival. Ha sido decisivo.
Lo fue en Liverpool en la Liga de Campeones, como el doble goleador, de imponente llegada al área, en la respuesta del Atlético en Anfield tras su desastroso comienzo del encuentro, aunque finalmente cayó por 3-2; también en Mallorca, cuando avanzó su posición para provocar el entonces 0-1 de Conor Gallagher (el choque terminó 1-1), y aún más ante el Rayo Vallecano, pasador del 1-0 de Julián Alvarez e insistente todo el encuentro.
Llorente reclamó incluso un penalti en una de las numerosas subidas al área que le permiten su nueva posición cuando el equipo se despliega en ataque. No extraña verlo en la otra área. Pasó en Liverpool, antes de adelantar su puesto, cuando anotó el 2-1, y de nuevo contra el Rayo, antes de los cambios de Diego Simeone para reconducir su esquema después del 1-2 de Álvaro García en el minuto 78 y antes de la remontada final hasta el 3-2.
Su nuevo puesto como central derecho en la línea de cinco que propone últimamente Simeone en la defensa, cuando bien Nahuel Molina, el pasado miércoles, o bien Giuliano Simeone, el extremo o carrilero habitual por el lado diestro, se incrustan en la zaga cuando se repliegan, no es tan propio de esta campaña, sino que viene de más atrás, del pasado ejercicio.
En defensa con capacidad para salir al futbolista rival entre líneas, que flote por el lado derecho del ataque en su oponente, Llorente se libera en la fase ofensiva, ya sea por dentro o por fuera, como puso el envío del pasado miércoles para la volea con la izquierda de Julián Alvarez en el 1-0 al Rayo. La acción partió de Pablo Barrios y siguió en Nahuel Molina. Todo trabajado.
Llorente asume un papel clave este sábado contra el Real Madrid, probablemente en la misma posición en la que se desenvuelve ahora, con los recursos que permite su polivalencia, según sea el desarrollo del encuentro, y como titular absoluto en el esquema de Diego Simeone. Sólo él, Robin Le Normand y Oblak han jugado todo de inicio en esta campaña.
Es más, desde su rotación el pasado 1 de marzo contra el Athletic Club la pasada temporada, cuando el Atlético se preparaba para competir de forma directa con el Barcelona y el Real Madrid por LaLiga, la Liga de Campeones y la Copa del Rey, Llorente no sólo ha sido titular en todos y cada uno de los 18 encuentros siguientes, sino que además los ha jugado todos al completo.
Iñaki Dufour