Sitges (Barcelona), 30 may (EFE).- Los trastornos de salud mental en adolescentes se han prácticamente duplicado desde la pandemia y, con ello, las ideas suicidas y las autolesiones: casi el 45 % de los jóvenes diagnosticados de problemas como ansiedad o depresión se han infligido daño a sí mismos, porque el dolor físico es más llevadero que el emocional.
Estas son algunas de las conclusiones que los expertos en Psiquiatría y Psicología infantojuvenil han trasladado en el XXIII Seminario Lundbeck, organizado este viernes por la compañía Lundbeck, que este año se celebra bajo el título de “Alerta joven, ¿por qué están más deprimidos los jóvenes?”.
La edad media de aparición de los trastornos mentales es de 14,5 años; los más frecuentes son la ansiedad y la depresión, que han escalado del 17,8 y 13,8 % de la era precovid al 25,7 y al 31,5 %, respectivamente.
A ellas les afecta el doble: un 23,2 % de las chicas tiene ansiedad y el 17 %, depresión, frente al 12,2 y 7,3 %, respectivamente, que presentan los chicos.
Las causas que explican este incremento son multifactoriales, desde el continuo cambio emocional que acarrea la adolescencia a tener antecedentes familiares, haber sufrido episodios de maltrato o acoso escolar, una presión académica elevada, el uso excesivo de pantallas o el déficit de sueño, ha señalado Elisa Seijo, psiquiatra infantil y de la adolescencia y responsable de Hospitalización Psiquiátrica Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Central de Asturias.
Paralelamente, han subido las autolesiones no suicidas hasta ser “el pan nuestro de cada día” en las consultas, de modo que la prevalencia alcanza el 18 % a nivel global y un 45,6 % en los casos diagnosticados. El punto álgido se da de los 14 a los 15 años, hasta que empieza a bajar en la adolescencia tardía.
“Se autolesionan porque toleran mejor el daño físico que el emocional. Es no poder poner en palabras lo que sienten y lo ponen en el cuerpo”, ha ilustrado la especialista.
Aunque también han subido las ideas suicidas: un 55 % las ha tenido alguna vez y un 18 % lo ha intentado, según el Observatorio de Salud Mental Infanto-Juvenil – Fundación FAD Juventud. Inquietudes, preocupaciones y salud mental de la juventud en España.
Son precisamente las señales físicas las que orientan a los profesionales de atención primaria, ha explicado Lorenzo Armenteros, médico del Centro de Salud Islas Canarias de Lugo y miembro del Grupo de trabajo de Salud Mental de la SEMG.
Pero también ocurre que buena parte de la demanda deriva de problemas de la vida cotidiana que no son de salud mental y que los adolescentes, como ocurre con los adultos, quieren resolver con psicofármacos. “Es una medicalización buscada, un ‘tengo ansiedad, deme usted algo'”, ha ejemplificado.
No obstante, lo que sí hay ahora que antes no había es una altísima exposición a Internet y, en particular, a las redes, que les lleva a estar hiperconectados y, paradójicamente, a sentirse más solos que nunca.
“Las relaciones digitales matan las personales. La soledad no deseada reduce los años de vida más que fumar 15 cigarrillos o tomar seis bebidas alcohólicas al día”, ha advertido el Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
A todo lo cual se une que a esa edad se inician en otra de las mayores conductas de riesgo para la salud mental, el uso de sustancias como el cannabis, en el que se inician a los 14,9 años. Según el último informe europeo sobre drogas, el 15,1 % de los jóvenes españoles de entre 15 y 34 años lo ha consumido en los últimos 30 días, la mayor prevalencia europea.
Factores todos ellos prevenibles, como también el acoso escolar, y que si se tratara de atajar con más programas de salud mental en centros educativos, el resultado “sería mucho más coste-efectivo que enseñar los reyes visigodos”, ha concluido.