Adís Abeba, 21 mar (EFE).- El Ejército de Etiopía informó este viernes de que sus tropas mataron a 317 combatientes de la milicia Fano en dos días de combates en la región norteña de Amhara.
“El grupo extremista intentó ataques en varias zonas de la región de Amhara bajo el nombre de Operación Unidad, y ha sido destruido”, afirmó el Ejército en un comunicado.
“En sólo dos días, 317 (milicianos) muertos, 41 detenidos, 125 heridos”, señalaron las Fuerzas Armadas, sin precisar las fechas de los enfrentamientos.
El Ejército alegó que el general de brigada Megbey Haile, alto comandante de las fuerzas de seguridad de la vecina región de Tigré, que vivió una guerra civil de 2020 a 2022, orquestó un intento de ofensiva de Fano en múltiples zonas de Amhara.
El comunicado acusó además al general de brigada de apoyar a Fano tanto estratégica como moralmente, así como de participar en actividades delictivas destinadas a socavar el Acuerdo de Pretoria, que puso fin a la guerra en Tigré.
También se le acusa de participar en los esfuerzos para desmantelar la Administración Provisional de Tigré, dirigida por el presidente Getachew Reda.
Estas acusaciones surgen en medio de crecientes tensiones en Tigré, agravadas por las divisiones dentro del principal partido político de esta región, el Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT).
En las últimas semanas, una facción liderada por Debretsion Gebremichael, rival de Getachew dentro de este partido, ha tomado el control de importantes oficinas administrativas en la región, como el Ayuntamiento de Mekelle, capital regional.
Tigré vivió una guerra civil que empezó en noviembre de 2020, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, ordenó una ofensiva contra el FLPT, que gobernaba entonces la región, en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
La milicia Fano luchó junto al Ejército etíope, apoyado también por fuerzas de la vecina Eritrea, en una guerra de dos años que enfrentó a Adís Abeba con el FLPT.
Tras un conflicto devastador, ambas partes firmaron en noviembre de 2022 en la capital de Sudáfrica, Pretoria, un acuerdo de paz auspiciado por la Unión Africana (UA), que permitió la entrada progresiva de ayuda a Tigré, donde las Naciones Unidas denunciaron un “bloqueo humanitario de facto” durante la guerra.
Al menos 600.000 personas murieron durante el conflicto, según el mediador de la UA en la contienda, el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo.
Posteriormente, la violencia estalló en varias zonas de la región de Amhara a finales de julio de 2023, después de que Adís Abeba decidiera disolver las fuerzas paramilitares especiales de las diferentes regiones del país e integrarlas en el Ejército o la Policía, una medida que afectaba a la milicia amhara Fano.
El Ejecutivo etíope declaró entonces el estado de emergencia en Amhara, una medida que el Parlamento prolongó a paulatinamente hasta 2024.