El enorme cohete Starship dio un paso a la Luna y Marte, pero le falta un largo recorrido

La enorme nave Starship de la empresa aeroespacial SpaceX, propiedad del magnate Elon Musk, cumplió con éxito este martes su décimo lanzamiento de prueba después de tres intentos fallidos, un acontecimiento que siguieron dos millones de personas por internet. EFE/ Michael Gonzalez

Miami (EE.UU.), 27 ago (EFE).- El éxito este martes del décimo lanzamiento de prueba de la potente nave espacial Starship tras tres misiones consecutivas fallidas despejó muchas dudas para SpaceX acerca de su cohete insignia con el que busca apoyar los deseos de la NASA de volver a la Luna y llegar a Marte.

Sin embargo, también abrió la puerta a nuevas incógnitas sobre cuáles serán los objetivos de los futuros ensayos de la nave -entre ellos lograr el aterrizaje en tierra- para hacerse con la certificación del Gobierno estadounidense.

El amerizaje de la Starship este martes en el océano Índico tras poco más de una hora de vuelo supuso la primera ocasión en la que la nueva etapa superior del cohete tocó las deseadas aguas, y con ello cierra un capítulo que vio a la compañía perder las tres naves anteriores a causa de explosiones no programadas.

La versión anterior del cohete había logrado alcanzar el océano Índico, pero desde su actualización a partir del séptimo lanzamiento, realizado el pasado enero, no había conseguido replicarlo.

La compañía fundada por el magnate Elon Musk ha descrito a Starship como el cohete que llevará al ser humano a Marte, y lo está desarrollando con base en distintas versiones -actualmente va por la segunda-, que modifica ligeramente dependiendo de los resultados de cada lanzamiento.

El objetivo de SpaceX es poder reutilizar la Starship para futuros lanzamientos, algo que Musk ha definido como «el santo grial» de los viajes espaciales, puesto que permitiría abaratar los enormes gastos de cada misión.

Más de dos años de pruebas

La compañía efectuó el primer lanzamiento de Starship en abril de 2023, y su temprana explosión, a los cuatro minutos del despegue, fue un indicador de las dificultades que estaban por venir.

Fue necesario el paso de un año y la explosión de otros tres cohetes para que una Starship consiguiera por primera vez aterrizar de forma vertical sobre el océano, en el Golfo de México.

 Lo hizo la Starship 4, y a ella le siguieron dos éxitos similares en los lanzamientos 5 y 6 de la nave.

Sin embargo, el salto a una nueva versión del cohete con el despegue número 7 vino acompañado de tres explosiones consecutivas, y solo la 9 alcanzó la órbita terrestre antes de saltar en pedazos.

El décimo despegue fue supuestamente uno de los últimos antes de la actualización del modelo de Starship, que Musk dijo ayer en X que «debería estar en producción y pruebas para finales de año».

Salto a una nueva generación

La nueva generación de Starship «es una actualización masiva», indicó Musk, agregando que tendrá «una intensa actividad de vuelo» en 2026.

No aclaró, sin embargo, cuál de las dos versiones empleará en los siguientes lanzamientos de prueba que realice la compañía de aquí a finales de año.

El tiempo entre un despegue y otro en los últimos meses ha sido de entre 6 y 12 semanas, debido a la necesidad de investigar qué había fallado en los lanzamientos. Sin embargo, el éxito del último permitiría acortar esta ventana de cara al próximo, que todavía no ha sido programado por SpaceX.

Para la V4, que será de mayor tamaño y tendrá 42 motores, habrá que esperar a 2027.

Un transporte a Marte…

El objetivo final de Starship es lograr el salto de la humanidad hacia Marte y cumplir así el sueño de la NASA y Musk. Inicialmente estaba previsto que la primera Starship no tripulada viajara al planeta rojo en 2026, pero el magnate dijo el pasado mayo que esa posibilidad se había reducido al 50 %.

El gigantesco cohete de dos etapas (el propulsor Super Heavy y la nave en sí llamada Starship), de 123 metros de largo y una capacidad de entre 100 y 150 toneladas, tiene todavía varios exámanes pendientes, puesto que su nave nunca ha realizado un aterrizaje en tierra firme, que es imprescindible para alcanzar Marte.

El Super Heavy sí lo ha hecho, al regresar a la misma base de lanzamiento, en Texas. Además, el viaje de seis meses hasta Marte requeriría reabastecer de combustible a la nave una vez en órbita, pero la compañía todavía no ha iniciado esas pruebas y aún tiene que poner en órbita los vehículos cisterna que apoyarán a la Starship en su objetivo.

…y a la Luna

Aparte de contribuir a la colonización de Marte, donde Musk plantea la construcción de una ciudad autosuficiente, la Starship también fue la nave designada para la misión Artemis III de la NASA, que está prevista para 2027 y busca devolver una tripulación a la superficie lunar tras más de medio siglo.

Pero antes de poder transportar humanos, el cohete deberá recibir las certificaciones de la agencia espacial estadounidense, que exige que los sistemas «pueden tolerar fallos, proporcionar entornos que permitan la vida y ofrecer a la tripulación suficiente control y conocimiento de la situación».

Según la NASA, la autorización se encuentra sujeta al cumplimiento de la probabilidad máxima permisible de pérdida de un tripulante entre quinientos durante el ascenso o el descenso, con el objetivo de minimizar riesgos para los astronautas.

Hugo Barcia