Enric Sitjà Rusiñol
Gavà (Barcelona), 26 sep (EFE).- El escultor Lorenzo Quinn (Roma, 1966), hijo del actor mexicoestadounidense Anthony Quinn, ha abierto por primera vez al público su estudio de Gavà (Barcelona) al considerar que, tras 40 años de trayectoria artística, «ha llegado el momento de enseñar las entrañas» de sus creaciones.
Así lo explica el artista en una entrevista con EFE en su taller con motivo de la inauguración de la exposición permanente ‘Lorenzo Quinn: Trascend, vitae cyclum’.
«La gente me pide si puede venir a visitar mi taller y yo siempre he sido bastante reacio: es como el cocinero, que tiene sus fórmulas secretas y enseña poco, pero he dicho que ha llegado el momento de enseñar las entrañas», reconoce el escultor rodeado de obras suyas.
Y añade sonriendo: «Ahora paso menos tiempo en España. Entonces, (la apertura) no estorbará demasiado el proceso creativo».
Quinn apunta que, entre las paredes de su enorme estudio ubicado en una nave industrial de Gavà, el público encontrará sus «40 años de historia»: desde los inicios en los 80 con su primera exhibición en la isla hawaiana de Maui hasta sus obras más recientes, todas ellas con las manos, círculos y globos terráqueos que caracterizan al escultor.
Con la cinta roja ya cortada, la intención del artista es que su taller, un «espacio muy innovador e inmersivo», pueda albergar reuniones de empresas y de particulares, así como ser un entorno «de ayuda» para jóvenes artistas.
«Hoy en día, desafortunadamente, estamos en la era de TikTok, de la satisfacción inmediata, y tienen que entender que esto es un trabajo de pasión y de amor», aclara.
Esculturas nacidas de escritos

Las esculturas de Quinn, que también ejerció como actor durante un breve periodo de su juventud, nacen a partir de escritos que contienen la idea madre de la obra.
El artista recuerda que esta forma de estructurar su influjo creativo surgió gracias a una reflexión de un buen amigo que, en sus inicios como escultor, le sugirió situar al lado de sus obras un texto que explicase el trasfondo de cada una.
«El mensaje dicta la materialización de la escultura», sintetiza, y asegura que necesita «saber lo que quiere hacer y transmitir» con su creación antes de ponerse «delante de una piedra o el barro y empezar a modelar».
«Comunicar un mensaje de paz»

Quinn subraya la complejidad que hay en la sombra de cada obra, desde el tiempo que conlleva -«se tarda un año, a veces dos»- hasta los materiales que requiere, y el trasfondo que contiene.
«Un mensaje de unión y paz», concreta.
En medio de los últimos preparativos para la inauguración, Quinn asigna a los elementos principales de sus obras -las manos, los círculos y los mundos- la categoría de «símbolos universales».
«En la escultura, tú no puedes ver la raza de la persona con la mano. Puedes ver si es una mano más trabajada, más dura, más vieja o más joven, pero el color no lo ves. Esto ya unifica», destaca, y recuerda que su intención, desde sus orígenes, ha sido «comunicar con todo el mundo».
Escultura en Washington DC
Precisamente, Quinn acaba de inaugurar una escultura en Washington DC llamada ‘Construyendo puentes’, en la que seis pares de manos cogidas representan diferentes cualidades humanas, como la unión, el amor o la sabiduría.
«En vez de levantar barreras, hay que construir puentes», opina el escultor, que cree que el mundo «ahora está en un momento muy complicado».
En este contexto, desea que su arte, que el público podrá disfrutar en su guarida de Gavà, «pueda traer un poco de luz» al complejo panorama global.