El español varado en la India para el que cruzar a Pakistán es dar la vuelta al mundo

El español Joan Giralt Doya, de 63 años, se encuentra varado en Nueva Delhi, a la espera de continuar su vuelta al mundo en furgoneta.-EFE/ Juan Verano

Nueva Delhi, 6 may (EFE).- Joan Giralt se encuentra en un callejón con pocas salidas. A sus 63 años, y después de recorrer los más de 7.000 kilómetros que separan Barcelona de Nueva Delhi en furgoneta, este catalán busca un modo de continuar su vuelta al mundo, un cruce que ahora sólo podría proseguir atravesando la tensa frontera indo-paquistaní, actualmente blindada en el marco de la escalada de hostilidades entre estos dos países.

“Me llamo Joan Giralt, soy de Barcelona y estoy intentando dar la vuelta al mundo con mi furgoneta”. Esta es la carta de presentación de este reformador de interiores prejubilado que intenta recorrer el planeta en su camioneta Dacia con la que ya ha conducido por Grecia, Turquía, Georgia, Armenia, Irán, Pakistán y la India, en cuya capital, Nueva Delhi, espera.

La anterior travesía de Joan en “el país de los puros” no estuvo exenta de complejidades, aunque tuvo lugar justo antes del aumento de tensiones entre Nueva Delhi e Islamabad tras el ataque terrorista del pasado 22 de abril en una zona turística de la Cachemira india en la que murieron 26 turistas, en su mayoría indios, y del que la India ha culpado a Pakistán.

Joan busca llegar a Australia antes de poner rumbo de vuelta a África y, finalmente, a América para completar su recorrido por los cinco continentes habitados permanentemente. Pero la India se ha convertido en un ‘cul de sac’, con Birmania (Myanmar) prácticamente vedada al turismo, y la salida hacia el Tíbet, controlado por China, a través de Nepal muy limitada por Pekin; volver a Pakistán es el camino alternativo posible para su furgoneta.

En medio de un conflicto

El español Joan Giralt Doya, de 63 años, se encuentra varado en Nueva Delhi, a la espera de continuar su vuelta al mundo en furgoneta.-EFE/ Juan Verano

“Me ha pillado un atentado terrorista hace quince días y han anulado todas las visas (…) La frontera con Pakistán la han cerrado y no saben ni cuándo la abrirán ni el Gobierno de Pakistán ni el Gobierno de la India”, dice en una entrevista con EFE, a propósito de las limitaciones para la entrada y salida de personas entre ambos países, impuestas por Nueva Delhi e Islamabad tras el recrudecimiento del conflicto entre estas dos potencias nucleares del sur de Asia, enemigas acérrimas desde hace más de medio siglo.

“La única solución que me han dado es esperar”, asegura Joan, que lleva aproximadamente tres meses en la India, aunque ha entrado en Nepal para poder renovar su visado de turista en el país.

Un retraso como este ya figuraba en las previsiones de Joan, que estimaba culminar su vuelta al mundo, iniciada el 24 de abril de 2024 en Barcelona, en un máximo de tres años.

“Por los problemas serán tres años como mínimo si no me rindo antes”, dice.

La representación española en Nueva Delhi y las autoridades indias y paquistaníes le han ofrecido una solución, embarcar en un avión y dejar atrás su furgoneta.

“La furgoneta y yo”

“Yo voy con mi furgoneta. El viaje somos la furgoneta y yo, entonces ya les he dicho, tanto a la Embajada de Pakistán como a la española que no voy a dejar mi furgoneta con todos los recuerdos que he comprado y todo lo que la equipé abandonada en la India así, aparcada donde sea”, insiste.

Para su segundo cruce de Pakistán, Joan tiene el rumbo puesto en la emblemática carretera del Karakórum que conecta Pakistán con China y que es una de las vías pavimentadas a mayor altitud del mundo.

Hace meses, el viajero entró a Pakistán por la región occidental de Baluchistán, fronteriza con Irán y Afganistán y otro de los ‘puntos calientes’ con una intensa actividad insurgente por parte de los grupos separatistas baluchis.

“Es una región que está en conflicto militar (…) Ningún turista puede circular solo, y si circulas, como fue mi caso, al cabo de unos seis o siete días, te acompaña la policía a todos los sitios de esta región”, dice.

La vuelta al mundo por una amistad

Joan, que apenas habla inglés y que únicamente había viajado a otros países de Europa, a Marruecos y a Túnez, reconoce desde el ensordecedor enjambre de ‘tuk tuk’ de Nueva Delhi y que ha tenido que aprender a conducir de nuevo varias veces a lo largo de este viaje, plantea su aventura inspirado su amigo Vicens.

Joan y Vicens se conocieron en su juventud, antes de que el segundo fuese diagnosticado de esclerosis. Ambos veraneaban en el Maresme barcelonés y compartían su pasión por los viajes.

Para Joan, sin pareja ni hijos, pero con sus padres vivos, dos hermanas y cinco sobrinos en Cataluña, hay momentos de desamparo en la carretera.

Sin miedo, pero con desilusión

Preguntado por precedentes de viajeros que experimentaron serios problemas en países asiáticos durante sus grandes viajes por el continente, como el ciclista español Santiago Sánchez Cogedor, que permaneció preso durante 15 meses en Irán; o la pareja hispano-brasileña brutalmente agredida en 2024 en la India, Joan afirma no tener miedo.

“Miedo no, ninguno. Desilusionado por las situaciones sí. No te ayuda nadie. Sientes inseguridad y te sientes a veces incluso un poco desamparado”, reconoce mientras seca su ropa en un tendedero improvisado en la parte de atrás de su vehículo, donde guarda algunos alimentos, recuerdos y utensilios básicos. También una lona que puede servir de dormitorio improvisado.

La incertidumbre marca por el momento el viaje de Joan, en el centro ahora de una tensión que suele ser ajena a quienes se adentran en el sur de Asia, pero que es un telón abierto, tensado a ambos lados de la frontera.

Juan Verano