Barcelona, 5 may (EFE).- El Espanyol encadena dos derrotas (Villarreal, 1-0, y Betis, 1-2) que han frenado de golpe la buena racha de resultados que el cuadro blanquiazul estaba firmando en una segunda vuelta que le ha llevado a apartarse de la zona de descenso de la clasificación.
El conjunto catalán está, actualmente, a siete puntos de Las Palmas, decimoctavo en la tabla, a falta de cuatro jornadas para el final de curso. Los pupilos del entrenador Manolo González han mantenido su sello de identidad en los dos últimos encuentros, sin ningún bajón destacable, pero no ha sido suficiente para sumar.
El vestuario está decepcionado por no haber podido firmar ya los 42 puntos que garantizan, virtualmente, seguir en Primera. Sin embargo, tanto el juego del equipo como las matemáticas invitan a la tranquilidad y entierran cualquier alarmismo. Salvo descalabro del Espanyol, el riesgo de bajar es muy reducido.
El resto de resultados de los equipos implicados en la permanencia deberían también conjurarse para arrastrar al Espanyol a la zona roja. Actualmente, ocho puntos separan al Leganés, penúltimo en la clasificación, del cuadro periquito, decimocuarto. En medio están Sevilla, Alavés, Girona y Las Palmas.
Los pupilos del entrenador Manolo González no esconden que esperaban mejores resultados en las últimas jornadas. “Es un palo muy duro y no queda otra que ir hacia delante y a muerte en las jornadas que quedan. Tenemos que darlo todo y seguro que va a llegar”, ha reflexionado Urko González en declaraciones al club.
La segunda derrota seguida del equipo llega, además, antes de un compromiso clave: el Espanyol visita al Leganés este domingo. El anfitrión se juega la permanencia en casa sus opciones de seguir en Primera División el curso que viene y no regalará en absoluto ningún punto.
Ante un momento de la campaña 2024-25 en la que sólo valen los resultados, el compromiso del vestuario blanquiazul es máximo. “No bajaremos los brazos, queremos ser el mismo equipo de la segunda vuelta llegar a los 42 la jornada que viene”, insistía el delantero Roberto Fernández.
