Sant Joan Despí (Barcelona), 14 sep (EFE).- Con el Spotify Camp Nou cerrado por obras y el Estadio Olímpico Lluís Companys ocupado por un concierto, el Barcelona ha recurrido a un debutante inesperado en LaLiga EA Sports, el Estadio Johan Cruyff, con aforo para 6.000 espectadores, para acoger el partido de la cuarta jornada contra el Valencia.
La entidad azulgrana apuró al máximo los plazos para intentar que el encuentro se celebrara en el Camp Nou con una aforo provisional de 27.000 asistentes, pero la demora en la concesión de los permisos para reabrir el campo de Les Corts obligó al club a cambiar de planes sin más margen de maniobra, pues Montjuïc tampoco era una opción.
No es la primera vez que el equipo entrenado por Hansi Flick juega esta temporada en el recinto ubicado en las inmediaciones de la Ciudad Deportiva Joan Gamper, pues ya venció al Como italiano (5-0) en el Trofeo Joan Gamper el 10 de agosto, pero sí es su estreno en partido oficial.
El Johan Cruyff, inaugurado el 27 de agosto de 2019 con un partido amistoso entre los equipos juveniles del Barcelona y el Ajax de Amsterdam, dos de los clubes en los que militó y más impronta dejó el genio neerlandés, acoge habitualmente encuentros del equipo femenino, el Barça Atlètic y el juvenil.
Bautizado en su día como «la joya de la Ciudad Deportiva» por el entonces presidente Josep Maria Bartomeu, el Johan Cruyff debía ser «el sueño de muchos jóvenes» de La Masia, pero no fue concebido para albergar partidos de la máxima categoría masculina y el club catalán ha tenido que hacer adecuaciones en el estadio para cumplir con los requisitos de LaLiga.
Las modificaciones más importantes han estado relacionadas con el VAR y la tecnología del fuera de juego semiautomático, para las que la entidad azulgrana ha instalado las cámaras y la conexión de fibra necesarias para su correcto funcionamiento.
Otra cuestión central en la previa del encuentro ha sido el aforo. El Johan Cruyff puede acoger a 6.000 espectadores, lejos de los más de 50.000 asistentes que podían reunirse en las gradas de Montjuïc y por debajo del aforo mínimo exigido por la competición (8.000), que en esta ocasión ha hecho una excepción al entender que se trataba de una causa de fuerza mayor.
El Barcelona reservó 290 entradas para la afición valencianista y abrió un plazo de dos días para que la hinchada local solicitara las suyas, con una primera fase de la venta exclusiva para los 16.151 socios abonados que completaron las dos últimas campañas en el Lluís Companys. Como la demanda superó la oferta, el club acabó repartiendo las poco más de 4.000 entradas disponibles por sorteo.
A estos 6.000 espectadores se unieron una decena de afortunados que presenciaron el encuentro congregados en los balcones de los pisos ubicados frente al estadio.
La reducción del aforo se trasladó también a la vertiente informativa, con 30 periodistas de prensa escrita acreditados en vez de los más de 60 que solían acudir a Montjuïc, pero no afectó a las dimensiones del terreno de juego, pues el césped del Johan Cruyff cuenta con las mismas medidas que el del Spotify Camp Nou.
Asimismo, el club recomendó priorizar el uso del transporte público y llegar con antelación al recinto para evitar las colas y puso a disposición de los asistentes un servicio de lanzaderas gratuito desde las 19:00 horas hasta la finalización del partido, con una frecuencia de cinco minutos, para conectar la parada de metro de Palau Reial con los aledaños del Johan Cruyff.