Bogotá, 13 ago (EFE).- El funeral del senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay puso este miércoles de manifiesto el hastío con la violencia pero también las profundas divisiones políticas e ideológicas de la oposición de derecha con el primer gobierno de izquierda del país.
El adiós a Uribe Turbay, de 39 años, fallecido el pasado lunes, dos meses después de ser gravemente herido a tiros en un atentado, reunió a buena parte de la clase política nacional en dos actos solemnes, uno en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, donde fue velado, y otro en la Catedral Primada.
También acudió a despedir al senador del partido derechas Centro Democrático una representación del Gobierno estadounidense formada por el subsecretario de Estado, Christopher Landau; el senador republicano Bernie Moreno y el jefe de la misión diplomática de ese país en Bogotá, John T. McNamara.
En ambos lugares los oradores elogiaron la figura del senador asesinado, pidieron justicia y abogaron por el fin de la violencia en la política, especialmente ahora que el país se prepara para las elecciones legislativas y presidenciales de 2026, con señalamientos por el crimen contra el presidente Gustavo Petro. «Asesinaron a Miguel, que ejercía la oposición crítica y razonada, con la instigación de la venganza inducida por el presidente de la República, que encontró como muletilla acusar de asesino y torturador al expresidente (Julio César) Turbay, abuelo de nuestro mártir», señaló el exmandatario Álvaro Uribe en un discurso leído en el Capitolio por el director nacional del partido Centro Democrático, Gabriel Vallejo. El expresidente Uribe, quien a comienzos de mes fue condenado a 12 años de cárcel en régimen domiciliario por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, no pudo asistir al funeral del senador, pero envió un discurso con duras acusaciones contra Petro. «En su señalamiento rabioso, el presidente de la República quiso ignorar la contribución que al proceso de paz con el M-19 dieron el expresidente Turbay y Diana, la madre de Miguel, asesinada por el narcoterrorismo» en 1991, agregó Uribe. Esos comentarios fueron una referencia a mensajes de Petro en su cuenta de X en los que señaló al expresidente Turbay (1978-1982) de llevar «a diez mil colombianos a la tortura» durante su Gobierno, en el que enfrentó con el llamado ‘Estatuto de Seguridad’ la lucha contra la guerrilla del M-19, de la cual hizo parte en su juventud el hoy presidente. «En la historia del magnicidio de nuestra patria ha habido odios políticos y acciones criminales, pero estamos ante el caso excepcional del discurso presidencial, instigador», agregó el expresidente Uribe, sin parentesco con el senador. Petro responde a Uribe Horas después, Petro le respondió con un mensaje en su cuenta de X en el que dijo: «Álvaro Uribe está lleno de veneno» y agregó que «desconoce el genocidio» del partido de izquierda Unión Patriótica (UP) y «la participación del Estado en él». La UP, que hoy hace parte del partido oficialista Pacto Histórico, nació en 1985 como parte de un intento de acuerdo de paz del entonces presidente Belisario Betancur con la guerrilla de las FARC, pero en los años siguientes la formación fue víctima de un genocidio. Al menos 5.733 miembros de este partido colombiano de izquierdas fueron asesinados o desaparecidos, entre ellos los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal (1987) y Bernardo Jaramillo Ossa (1990), según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). El país pide «un cambio» «Esta guerra tiene culpables y responsables, lo sabemos. No tenemos ninguna duda de dónde viene la violencia. No tenemos duda de quién la promueve. No tenemos duda quién la permite. Tenemos que plantar cara a esto y decir: No más, no más, no más. No podemos quedarnos en la resignación y la simple pasividad», manifestó por su parte Miguel Uribe Londoño, padre del político asesinado, en la despedida en la catedral. Tras señalar que «el país tiene claro de dónde viene la violencia», Uribe Londoño manifestó que las balas «callaron a Miguel, pero no podrán callar la voz de millones de colombianos pidiendo a gritos un cambio». «Tenemos una oportunidad única de frenar esta locura en 2026. No la desaprovechemos», dijo sobre las elecciones del año próximo e invitó a «luchar todos juntos para construir un país sin violencia, un país de oportunidades, una Colombia con futuro». Esas palabras estuvieron en sintonía con las del presidente del Senado, Lidio García, quien dijo que es «un deber de todos» esclarecer el asesinato de Uribe Turbay, de quien dijo que «fue una luz en días oscuros» y por eso «duele en el alma que en Colombia esas luces como Miguel se apaguen en plena primavera». «Tenemos que actuar, tenemos que bajar el tono de las palabras incendiarias, desterrar la agresión del debate, cerrar las grietas que nos dividen», expresó García al exigir que se baje el tono de la discusión política, caracterizada por una fuerte polarización. Debido a esa tensión política, ni Petro ni nadie de su gabinete asistieron al funeral por solicitud expresa de la familia. «No vamos (no) porque no queramos, simplemente respetamos a la familia y evitamos que el sepelio del senador Miguel Uribe sea tomado por los partidarios del odio», señaló el mandatario en X.