Bangkok, 27 jun (EFE).- El clan Shinawatra, con Paetongtarn Shinawatra como primera ministra, se enfrenta a procesos de la Justicia tailandesa en los próximos días que pondrán a prueba su influencia y la durabilidad del Gobierno, con manifestaciones a favor y en contra de la dirigente.
El Tribunal Constitucional, cuyas decisiones han destituido a cuatro líderes de Gobierno en las últimas décadas -el último el predecesor de Paetongtarn en agosto de 2024-, tiene previsto comenzar a analizar el martes una petición del Senado contra la primera ministra, de 38 años, que podría llevar a su suspensión temporal e incluso a su cese, de ser hallada culpable.
La queja, presentada por una treintena de senadores, denuncia que la dirigente cometió una «grave falta ética», recogida en el artículo 160 de la Constitución, por su crítica contra un alto militar durante una llamada con el veterano político camboyano Hun Sen para abordar un histórico conflicto fronterizo con Camboya.
En el audio, filtrado la semana pasada, la líder tailandesa cataloga de «oponente» a un comandante del poderoso Ejército tailandés apostado en la frontera, en medio de un pico de tensiones bilaterales tras la muerte de un soldado camboyano durante un enfrentamiento entre ambas fuerzas armadas el 28 de mayo.
El regreso de los «camisas amarillas»

Las palabras de Paetongtarn, hija del influyente ex primer ministro Thaksin Shinawatra, han generado polémica. Mientras un grupo de «camisas rojas», como se conoce al movimiento popular favorable al clan, salió hoy en su defensa a las calles de Bangkok, sectores conservadores vinculados a los militares planean mañana, sábado, una manifestación en su contra cerca del casco histórico capitalino.
Entre los organizadores se encuentran los llamados «camisas amarillas», que durante las protestas de 2008, cuando ocuparon un aeropuerto de la capital, y entre 2013-2014 influyeron en el fin de dos Gobiernos vinculados a los Shinawatra.
El Gobierno de coalición de Paetongtarn, quien lidera el partido Phue Thai, mantiene su mayoría en el Congreso tailandés, a pesar de la abrupta salida del Ejecutivo la semana pasada del conservador Bhumjaithai, con mucha influencia entre los senadores.
Días después de abandonar el Gobierno, el portavoz de Bhumjaithai, Boonthida Somchai, anunció que la plataforma planea presentar una moción de censura el próximo jueves, que, de momento, no contaría con el apoyo del resto de la oposición.
El patriarca, amenazado por la lesa majestad

Además, el padre de la dirigente, el exprimer ministro Thaksin Shinawatra, visto como el verdadero líder en la sombra, está llamado también el martes a un tribunal acusado de cometer un delito de lesa majestad, que se castiga con entre 3 y 15 años de prisión.
La acusación se basa en una entrevista que Thaksin dio en 2015 a un medio surcoreano, en la que acusó al Consejo Privado de la Casa Real, el órgano que asesora al rey, de organizar el golpe de Estado militar que derrocó en 2014 al Gobierno de Yingluck Shinawatra, hermana menor de Thaksin y tía de Paetongtarn.
El artículo 112 del Código Penal, también conocido como la ley de lesa majestad, no incluye en principio al Consejo Privado de la Casa Real, sino que castiga a quien «difame, insulte o amenace al rey, la reina, el heredero o el regente».
Sin embargo, los tribunales tailandeses han realizado a menudo una interpretación amplia de la ley, algo que ha sido criticado por la ONU.
Thaksin, que gobernó Tailandia entre 2001 y 2006 -cuando fue defenestrado por una sublevación militar-, regresó al país en agosto de 2023, el mismo día en el que el Phue Thai asumía el Gobierno, tras pasar en el exilio más de 15 años huyendo de la Justicia.
El patriarca del clan fue arrestado ese mismo día, pero no durmió ni una noche en prisión y logró la libertad condicional en febrero de 2024, tras cumplir seis meses de condena ingresado en una habitación de hospital, decisión que también está siendo revisada. EFE
nc/pav/cg
(foto)(vídeo)