Madrid, 10 sep (EFE).- El Gobierno asegura que el rechazo por parte del Congreso a que prosiga la tramitación de la ley de reducción de la jornada laboral no afectará a la negociación de los presupuestos, y mantiene su hoja de ruta para presentar ante el Parlamento el correspondiente proyecto de ley.
Después de que Junts trasladase al Gobierno que no retiraría su enmienda a la totalidad al texto sobre la reducción de jornada, el Ejecutivo certificó que esa iniciativa, cuyas negociaciones ha abanderado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sería derrotada en la sesión plenaria de este miércoles.
Fuentes del Gobierno han desvinculado totalmente este rechazo de lo que pueda ocurrir en la negociación presupuestaria para el ejercicio de 2026 y, por tanto, han asegurado que no perjudica a ese diálogo.
En ese sentido, han explicado que las conversaciones sobre el proyecto de ley que no prosperará este miércoles van por una vía y las que ya han empezado y se intensificarán próximamente sobre las cuentas del Estado, por otra.
Un argumento que es compartido por la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, quien al justificar el mantenimiento de su enmienda a la totalidad al texto del Gobierno para reducir la jornada, ha considerado que esa es «una carpeta» distinta a la de los presupuestos.
En consecuencia, las fuentes del Ejecutivo han asegurado que mantienen la hoja de ruta prevista para presentar el proyecto de ley presupuestario, aunque sin fecha fijada aún para que pase por el Consejo de Ministros y se envíe al Congreso.
Previamente, el Gobierno debe aprobar la senda de estabilidad, que deberá ser votada también en el Congreso, aunque un hipotético rechazo por parte de los grupos parlamentarios no impediría, según ha recalcado el Ejecutivo, presentar el proyecto de nuevas cuentas del Estado.
La intención inicial es que la senda de estabilidad pudiera presentarse en septiembre, pero no se descarta que pueda ser algo más tarde.
Lo que sí es preceptivo es que antes de su aprobación, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, convoque una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Junts seguirá siendo clave en la negociación presupuestaria, y las fuentes del Ejecutivo asumen la imprevisibilidad de esta formación, cuyo líder, Carles Puigdemont, está a la espera de que pueda beneficiarse de la ley de amnistía.
Un asunto que reconocen que puede condicionar esas conversaciones, como también influirá en el diálogo con ERC la tramitación de la proposición que esta formación tiene pendiente presentar en el Congreso sobre la financiación singular de Cataluña y que incluye el traspaso de la gestión del IRPF.
Hay reticencias en el Gobierno ante esa propuesta, pero Esquerra ya ha advertido tanto al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, como al de la Generalitat, Salvador Illa, que deben apoyarla si quieren contar con su respaldo para los presupuestos tanto del Estado como catalanes.
Otros socios del Gobierno están preparándose para esa negociación, y en ese contexto se enmarca que este martes el presidente del PNV, Aitor Esteban, se reuniera en Madrid con los diputados y senadores de su partido para analizar, entre otros asuntos, las prioridades ante la negociación presupuestaria.
Por su parte, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha asegurado que su formación está preparada para retomar un diálogo presupuestario que ha dicho que estaba bastante trabajado en los dos años anteriores.
Ante ese diálogo ha afirmado que EH Bildu tiene «muchas peticiones» que hacer al Gobierno.