El Gobierno cree renovado el pacto con sus socios mientras el PP ve finiquitado su mandato

MADRID, Imagen de archivo (09/07/2025) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante el pleno extraordinario este miércoles, en el Congreso de los Diputados en Madrid. EFE/ Borja Sanchez-Trillo

Madrid, 10 jul (EFE).- El Gobierno da por renovado el acuerdo de investidura tras la tregua que le han concedido sus socios en el pleno extraordinario de este miércoles en el Congreso y, ante su apremio para que cumpla el plan anticorrupción, se compromete a actuar con celeridad, mientras el PP ve finiquitada la legislatura y cuestiona la docilidad de los aliados de Pedro Sánchez.

La parte socialista del Ejecutivo ha tomado nota de las exigencias tanto de su socio de coalición como del resto de partidos que avalaron la llegada de Sánchez al Palacio de la Moncloa.

«No podemos fallar más», advertía a primera hora de este jueves el ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, para quien la única forma de ser creíble es poner en práctica cuanto antes las quince medidas del plan propuesto por el presidente del Gobierno en su comparecencia sobre corrupción ante el pleno del Congreso.

Un aviso rápidamente contestado por la portavoz del Gobierno, la socialista Pilar Alegría, que ha apuntado que alguna de las leyes anunciadas, como la de transparencia, ya se encuentran en trámite legislativo y que la intención es que tanto las que dependen del Consejo de Ministros como las que deben aprobarse en el Congreso salgan adelante con «la mayor agilidad posible».

Tregua con las espadas en alto

Pero las espadas siguen en alto; sobre todo en Junts, que insiste en que Sánchez se encuentra en un tiempo de «prórroga» y que llegará un momento en que digan que «hasta aquí hemos llegado», ha prevenido su secretario general, Jordi Turull, que prioriza el cumplimiento del acuerdo de Bruselas con el PSOE que facilitó la investidura.

No le van a regalar tiempo y, aunque no hablan de ultimátum, dicen que se entenderá que le dejen caer si los incumplimientos con Cataluña «van a más».

En Podemos, el socio de investidura más duro con Sánchez, sí admiten que el jefe del Ejecutivo ganó algo de tiempo con su comparecencia, pero dudan de sus apoyos, convencidos de que si se sometiera a una cuestión de confianza, la perdería.

Si no la presenta, es porque saben que a día de hoy no la ganaría, argumentan, pues, además de no contar con su respaldo, creen posible que tampoco revalidara el de Junts y el PNV.

Un «masaje» para Sánchez

Para el PP, la legislatura está agotada, pese al «masaje» de los socios a Sánchez al que, piensa, quieren en Moncloa exclusivamente para seguir aprovechándose de su debilidad mientras el PSOE se hace «trampas en el solitario» al destacar que mantiene su soporte.

Los presidentes autonómicos del PP Alfonso Rueda y Juanma Moreno hablan de «chantaje», mientras que el socialista Emiliano García-Page tilda de «obscena» la actitud de los socios sin dar por acabado al secretario general de su partido.

Tanto es así que, a la pregunta de si el presidente del Gobierno salió del Congreso con respiración asistida, García-Page responde que «con respiración asistida también se respira».

Líneas rojas

Tras el debate de este miércoles, los populares se proclaman como la alternativa real y se reafirman en su postura de endurecer su oposición al negar que hayan traspasado ninguna línea roja al criticar al presidente del Gobierno por haber «vivido de prostíbulos» y pretender ahora abolir por ley la prostitución.

Entienden que las cuestiones familiares de Sánchez se han convertido en públicas con su mujer imputada, como señala la portavoz en el Congreso, Ester Muñoz.

No lo creen así los ministros socialistas Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, quienes acusan al líder del PP, Alberto Núñez Fiejóo, de haber cruzado muchas líneas al insultar a la familia del jefe del Ejecutivo.

El titular de Transportes, Óscar Puente, estima que los populares están en una estrategia de «tremendo desgaste» para hacer que Sánchez se rinda y, aunque no le ve con ganas de tirar la toalla, afirma que el anticipo electoral dependerá de las «circunstancias» y de las «novedades que se produzcan».

El presidente de Vox, Santiago Abascal, tacha de «falsario» este enfrentamiento entre socialistas y populares, de quienes dice que solo se pelean para ver quién es más corrupto, mientras pactan todas las políticas. Están unidos, asegura para contraatacar al PP por acusar a Vox de ser el pegamento de la izquierda.