Beirut, 5 ago (EFE).- El Consejo de Ministros del Líbano encargó este martes al Ejército que prepare un plan para desarmar al grupo chií Hizbulá en un plazo de cinco meses y reiteró el derecho libanés a la autodefensa ante cualquier ataque, entre miedos a una nueva ofensiva israelí por falta de avances en el proceso.

«El Ejército libanés está encargado de desarrollar un plan de implementación para la retirada de armas antes de final de año y de entregarlo al Consejo de Ministros para que sea debatido antes del 31 de agosto», anunció el primer ministro libanés, Nawaf Salam, al término de una sesión del Gabinete.
En rueda de prensa desde el Palacio Presidencial, el dirigente explicó que el Consejo de Ministros se volverá a reunir este mismo jueves para continuar con sus conversaciones sobre la propuesta de plan estadounidense para el desarme de Hizbulá.
El asunto ya centró la sesión celebrada este martes por el Gabinete, que estuvo reunido durante más de cinco horas en medio de crecientes presiones por parte de Washington para acabar con la existencia armada del movimiento chií tras su guerra del pasado año con Israel.
«Reafirmamos el derecho del Líbano a la autodefensa en el caso de cualquier agresión», sentenció el primer ministro durante su intervención.
En un discurso coincidiendo con el Consejo de Ministros, el secretario general de Hizbulá, Naim Qassem, llamó a adoptar una visión de «unidad nacional» y a no someterse a los dictados de Washington, al considerar que el plan estadounidense busca favorecer a Israel y dejar al Líbano sin poder.
Por ello, volvió a condicionar su potencial desarme al previo cese de los ataques israelíes contra el territorio libanés y a la retirada de las tropas del Estado judío aún presentes en cinco colinas del sur del Líbano pasados ocho meses de la entrada en vigor del alto el fuego.
Tras la guerra del pasado año, el Estado libanés busca limitar la posesión de armas exclusivamente a las manos de las fuerzas de seguridad oficiales, pero hasta ahora ha favorecido una entrega voluntaria por parte de Hizbulá para evitar el estallido de posibles conflictos internos.