Madrid, 12 may (EFE).- La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, ha llamado a “dar la batalla” en la guerra para “desprestigiar” la solidaridad global en un contexto mundial muy complicado y con recortes en la ayuda oficial, entre ellos, el de EE. UU., el primer donante del planeta.
Granados, en una intervención en una jornada celebrada en el Congreso para analizar el funcionamiento de la ley de cooperación para el desarrollo cuando se cumplen dos años de su entrada en vigor, ha insistido en que hay que afrontar “esa guerra cultural” que hay alrededor de la solidaridad global para “que no se nos lleve por delante”.
Ha insistido también en que hay que ser “más militante”, buscar más recursos “y sobre todo más voluntades políticas” para llegar más lejos en la cooperación.
Y sobre el recorrido de la nueva ley, Granados ha señalado que esta ha permitido contar con “una caja de herramientas” para hacer frente a los retos que se plantean con esta crisis de la cooperación, ya que ha recordado que, según los datos de la OCDE, la ayuda oficial al desarrollo se recortó un 7 % en 2024, y este año se espera que el porcentaje sea mayor.
No es el caso de España, ha dicho, que incluso con unos presupuestos prorrogados el volumen de la ayuda gestionado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha pasado del 9 al 15% del total de la ayuda oficial.
Por parte del director de la Aecid, Antón Leis, el foco también está en la reducción de las ayudas a la cooperación a nivel global, contando con que hay predicciones que apuntan a que pueden suponer entre un 30 y un 40 %o, lo que obliga a mejorar la eficacia de los proyectos.
Y en este sentido, ha advertido de que el sistema de cooperación ha estado muy fragmentado hasta ahora y la realidad actual obliga, por tanto, a “hacer cosas más grandes juntos”.
Las ONG han valorado los resultados de la ley de 2023, como ha puesto de relieve la vicepresidenta de la coordinadora de ONG de cooperación, Penélope Berlamas, pero ven margen de mejora porque “el mundo no espera”.
Entre sus demandas, ha planteado la necesidad de que la sociedad civil esté representada en los órganos de gobernanza y consultivos, en el desarrollo de las estrategias de cooperación y en los instrumentos de financiación, aparte de reclamar el incremento de la ayuda oficial para poder alcanzar en 2030 el compromiso de destinar el 0,7 % del PIB a la ayuda al desarrollo.
Los partidos que han tomado brevemente la palabra en la jornada han apostado por invertir más, también el PP, que ha señalado que “al margen de colores políticos” la cooperación es “una auténtica política de Estado”, mientras que el socio del Gobierno, Sumar, ha vuelto a reclamar un banco público de cooperación.