El Gobierno quiere que fabricantes de toallitas y globos paguen los costes de su limpieza

Un joven vende globos en una feria en una imagen de archivo. EFE/Jaime León

Madrid, 28 may (EFE).- El Gobierno quiere que los fabricantes de toallitas húmedas de un solo uso y de globos asuman los costes de limpieza de los vertidos de estos residuos, incluidos los que las toallitas producen en infraestructuras de saneamiento y depuración, ya que pueden provocar obstrucciones en el alcantarillado.

Esta obligación se recoge en el borrador del Real Decreto por el que se regula la gestión de los residuos de las toallitas húmedas y de los globos, publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) y que se encuentra abierto a consulta pública hasta el 27 de junio.

El documento, que se aplica a las toallitas húmedas de un solo uso y a los globos que contengan plástico y sean de un solo uso introducidos en el mercado, busca «prevenir y minimizar» los impactos ocasionados por este tipo de residuos, «en particular aquellos que resultan de su pérdida, abandono o eliminación inadecuada».

El Miteco alerta de que, al no desintegrarse completamente, las toallitas obstruyen el sistema de alcantarillado, lo que aumenta el riesgo de desbordamientos, especialmente durante episodios de lluvias intensas, mientras que los globos contaminan las playas y ocasionan graves perjuicios a la fauna marina.

La principal novedad es que serán los fabricantes de toallitas y globos quienes tendrán que asumir la financiación de la gestión de los residuos, de acuerdo al principio de «quien contamina, paga».

Esto incluye los costes de la limpieza de los vertidos de basura dispersa generada por las toallitas húmedas o globos, incluida la de infraestructuras de saneamiento y depuración, y de su posterior transporte y tratamiento; de medidas de concienciación sobre estos productos, y de los análisis económicos o técnicos sobre prevención, valorización e impactos en el medio ambiente.

El decreto establece que, «para minimizar los costes administrativos» se podrán fijar cantidades fijas plurianuales «adecuadas».

Además, los costes se establecerán en función de cada tipología de toallitas y globos, para promover decisiones de diseño con menor impacto ambiental.

De hecho, los productores con una cuota de mercado anual superior al 2,5 % deberán elaborar y aplicar planes empresariales de prevención y ecodiseño, para reducir el contenido en plástico en dichos productos y su abandono como basura dispersa.

El documento prohíbe expresamente el desecho de toallitas húmedas a través del inodoro y la liberación «intencionada» de globos al medio ambiente.

Quedan fuera de esta legislación las toallitas húmedas de uso industrial o profesional -como las médicas o sanitarias- y los globos para usos y aplicaciones industriales o profesionales que no se distribuyen a los consumidores, como globos de aire caliente o meteorológicos.

La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) calcula que la presencia de toallitas en las infraestructuras de saneamiento y depuración incrementa los costes entre un 10 % y un 15 %, con un sobrecoste anual estimado de aproximadamente 230 millones de euros.

Esto se traduce en un aumento del coste de entre 4 y 6 euros por persona al año, lo que implica que la carga económica «recae de manera significativa sobre los consumidores, e incluso aquellos que no son consumidores directos de dichos productos, en lugar de ser asumida por los propios productores», según recoge la memoria del análisis de impacto normativo del proyecto.