El Greco y Tintoretto, cara a cara en Toledo

Un hombre observa los retratos que el Greco hizo a los hermanos Covarrubias, Antonio y Diego, hacia el año 1600 que forman parte de la muestra "La huella veneciana" que el Museo del Greco expone hasta el 8 de junio en la biblioteca del Museo. EFE/ Ismael Herrero

Lidia Yanel

Vista de la muestra "La huella veneciana" que el Museo del Greco expone hasta el 8 de junio en la biblioteca del Museo. EFE/ Ismael Herrero

Toledo, 24 feb (EFE).- La carga psicológica y emotiva que Tintoretto y El Greco daban a sus retratos, especialmente a la mirada de los personajes, es uno de los rasgos de sus producciones pero también forma parte del vínculo que une las obras de estos dos grandes maestros de la pintura.

Varias personas observan la obra 'Retrato de un senador' de Tintoretto, que forma parte de la muestra "La huella veneciana" que el Museo del Greco expone hasta el 8 de junio en la biblioteca del Museo. EFE/ Ismael Herrero

Hasta el 8 de junio el Museo del Greco expone una pequeña muestra formada por un Tintoretto, procedente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, y dos Grecos de los fondos del propio Museo del Greco.

Son los retratos que el Greco hizo a los hermanos Covarrubias, Antonio y Diego, hacia el año 1600, y el retrato de un senador de Tintoretto (fechado en 1580) que forman parte de la exposición ‘La huella veneciana’, inaugurada este lunes en la biblioteca del Museo.

La conservadora del Museo del Greco Carolina Tobella ha explicado que la exposición tiene “gran entidad” porque confronta la obra de dos pintores que pertenecen a una de las generaciones con más peso en la historia del arte occidental, como son Tintoretto y El Greco.

Tintoretto (1518-1594) fue retratista oficial de la República de Venecia y, como tal, retrató a clientes privados y oficiales de todos los estamentos de la sociedad explorando casi todas las posibilidades del género, y del mismo modo El Greco (1541-1614) hizo otro tanto con la élite de la sociedad toledana de su tiempo.

En sus retratos, los dos pintores concentran una gran carga emotiva y psicológica, y ninguno de ellos intenta disimular la vejez de los retratados sino que la potencian; son hombres poderosos en sus respectivas ciudades.

El retrato fue un género interesante para los artistas porque al mismo tiempo que eran reconocidos como pintores podían introducirse en los altos círculos sociales.

La estancia de Domenicos Theotocopoulos en Venecia siempre estuvo presente a lo largo de su obra y al poner en relación sus retratos con el de Tintoretto se aprecia que tienen en común la técnica veneciana, minuciosa en el rostro, la figura piramidal, el fondo neutro y “sobre todo, la capacidad que tienen los dos pintores de crear retratos con una imponente introspección psicológica”, ha agregado la conservadora.

Otro detalle en ambos es la luz, que “juega un papel fundamental” ya que parece que el personaje protagonista es el que desprende luz.

Coincidiendo con esta exposición, el Museo del Greco va a organizar actividades complementarias, tanto educativas como conferencias.