Madrid, 15 jun (EFE).- «Bendita democracia que me ha permitido contar con libertad las historias de ‘Paracuellos'». Así agradece el historietista Carlos Giménez (1941) la edición conmemorativa del 50 aniversario de su obra, un álbum XL donde recopila las historietas de los niños internos en los hogares del Auxilio Social, los olvidados de la guerra civil.
El álbum, editado por Reservoir Books y que se publica el 19 de junio, es la edición definitiva de ‘Paracuellos’ y reúne en 596 páginas las nueve entregas de la serie que se publicó por primera vez en 1976, cuando Giménez llevaba ya 15 años en el oficio y «coló» en la revista semanal ‘Muchas gracias’ página y media de una historia autobiográfica de niños hambrientos y sedientos, víctimas de violencia y malos tratos en los hogares del franquismo.
Pero estos relatos no eran del gusto de los editores, que consideraban que su público solo buscaba chistes y fotos eróticas. Así que tras diez episodios se paró su publicación.
Una historieta que ningún editor español quería

Giménez pasa por otras revistas, como ‘Yes’ y ‘Amaika Ediciones’, pero las historietas pasaban inadvertidass. Será en 1979 cuando el álbum llegue a Francia y la revista ‘Fluide Glacial’ sienta fascinación por esos niños de orfanatos, a los que llamaba ‘la España de ayer’.
Y así fue como la serie se convertía en Francia en un éxito abrumador y ‘Paracuellos’ pasó de ser una obra que ningún editor español quería publicar a un tebeo de éxito rotundo.
El director literario de Reservoir Books, Jaume Bonfill, explica a EFE que el volumen cuenta con 40 páginas al final donde el asesor del dibujante (Carlos González) narra las vicisitudes de la historia y curiosidades de cómo trabaja el autor los bocetos.
Cómo consiguió salir del hogar de Auxilio Social
Y también anécdotas como la forma en que consiguió salir del orfanato. Ya con 14 años y después de cambiar de hogar en muchas ocasiones, el director del último centro hizo un test para elegir al niño más preparado para trabajar de aprendiz en una sastrería.
Carlos fue uno de los preseleccionados. La gran pregunta era: «¿Cuál es la mayor obra de caridad que has visto hacer?», a lo que Giménez contestó desde sus 14 años y con total desfachatez: «La que Auxilio Social hace con nosotros». Con esa respuesta fue el ganador indiscutible.
Sin embargo, el sastre ya no necesitaba aprendiz y el joven Carlos no entró a trabajar nunca en la sastrería, sí lo hizo en un taller de cerámica donde decoraba los cuadros cuando descubrieron su destreza con el dibujo.
Giménez dedica el libro al jardinero Evelio
El volumen está dedicado al abuelo Evelio, jardinero en Batalla del Jarama, uno de los hogares de Auxilio Social.
Y es que, dice el autor en el epílogo, el abuelo Evelio le sacaba del colegio cuando podía, le llevaba a su casa, en vacaciones de verano y en Navidad, pero no solo a él a más niños, todos los que podía porque le daba pena verles tan desamparados.
También se encargaba de escribir cartas a su madre, enferma de tuberculosis en un sanatorio de Bilbao, cartas animosas, en las que le decía «lo buen mozo» que era.
Además, dedica sus cartas a todos los que de alguna forma le ayudaron, a sus amigos, a su hermano Antonio (Toñín en las historietas) y a todos los personajes de la historieta, sacados de la vida misma y con los que ha logrado reencontrarse.
En definitiva, hoy ‘Paracuellos’, dicen sus editores, es una obra maestra que creó la memoria histórica cuando el término no estaba acuñado y abrió el camino al tebeo autobiográfico.