Ciudad de México, 25 may (EFE).- El robo y contrabando de combustibles en México se mantiene entre los principales focos rojos del mercado energético, pues representa entre un 30 % y 40 % de las gasolinas y diésel que se comercializan en el país y un daño al erario de más de 150.000 millones de pesos (unos 7.500 millones de dólares), según indicaron expertos a EFE este domingo.
El consultor energético Ramsés Pech explicó que esta forma de dañar las finanzas públicas y a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), conocida como “huachicol fiscal”, consiste en declarar ante el fisco la entrada de combustibles bajo otra denominación como pueden ser aceites o lubricantes, con lo que se evita el pago de impuestos como el especial sobre producción y servicios.
El analista señaló que desde 2020 se ha observado un incremento en las importaciones de lubricantes, que calificó de imposible, ya que afirmó “no existe algún sustento en la actividad económica” que lo compruebe.
Además, señaló que el “huachicol fiscal” también se inserta al interior del país, cuando las estaciones expendedoras adquieren gasolinas y diésel robado y que no cuentan con una factura que permita su trazabilidad.
Según estimaciones de Pech, este problema cuesta al fisco casi 128.000 millones de pesos (unos 6.400 millones de dólares), mientras que consultora Petrointelligence sostiene que el daño de importar bajo otras denominaciones para evadir impuestos superó los 177.000 millones de pesos (casi 8.850 millones de dólares) en 2024.
Pech subrayó que esta cantidad no sólo afecta al fisco mexicano y también involucra pérdidas para la estatal Pemex, si se toma en cuenta el robo y la entrada ilícita de los combustibles al país.
Robo de combustibles
El consultor energético detalló que el desfalco de petrolíferos ocurre de distintas maneras. La primera, a través de tomas clandestinas que drenan de forma ilegal los ductos de Pemex.
Según la petrolera estatal, entre 2019 y 2024 la sustracción ilegal de combustibles ha costado a Pemex más de 75.710 millones de pesos (casi 3.785 millones de dólares) y solo en el primer trimestre de este año esta cifra ascendió a los 5.471 millones de pesos (unos 273,5 millones de dólares).
De acuerdo con datos de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo), el combustible ilegal que se encuentra en el mercado mexicano es alrededor del 30 %.
Carlos García, director ejecutivo de la productora y comercializadora Valero, destacó que aunque las autoridades toman acciones para “contrarrestar los efectos del contrabando del combustible en México”, han sido las mismas autoridades las “que lo han dejado crecer desbordadamente”.
“Es impresionante, se estiman que entre el 30 % y 40 % del combustible que se comercializaba era contrabandeado, estamos hablando de diésel y gasolina”, dijo en una reciente conferencia en Ciudad de México.
En este contexto, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, anunció la pasada semana una nueva estrategia centrada en la trazabilidad de los combustibles, así como en mayores controles en aduanas y puertos y el seguimiento a investigaciones ante la Fiscalía.
Entre las más recientes actuaciones de las autoridades mexicanas destaca el decomiso más grande de combustibles a finales de marzo, con la incautación de 10 millones de litros ocultos en un buque proveniente de Texas, en EE.UU., y que pretendían entrar al país como aceite vegetal, y de casi 8 millones de litros en camiones abandonados en un predio.