Málaga, 28 jun (EFE).- El periodista, productor y traductor gazatí Kayed Hammad, que solía trabajar con enviados internacionales a la Franja de Gaza, ha logrado abandonar el enclave palestino junto a su familia y ha llegado este sábado a Málaga.
Hammad ha aterrizado en el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol a las 17.00 horas acompañado por su esposa y tres hijos -el mayor murió en un bombardeo- en un vuelo vía Turquía.
El traductor gazatí, que ha trabajado durante las últimas décadas con periodistas, diplomáticos y oenegés españolas en la Franja de Gaza, ha sido recibido por su cuñada, Soad Haddour, muy emocionada y con lágrimas en los ojos.
Seguidamente, tras agradecer a los medios de comunicación que estaban presentes el apoyo recibido, se han desplazado al aparcamiento del aeropuerto donde le esperaba su hermano, que no había podido entrar dentro del recinto por problemas de movilidad, y se han fundido en emotivo abrazo, en el que no han faltado besos y lágrimas. Llevaban 18 años sin verse.
A su llegada ha explicado a los periodistas estar muy emocionado: «hemos vuelto a nacer, tenemos una nueva oportunidad de vivir», ha dicho, aunque ha lamentado dejar atrás dos millones de personas sufriendo, ya que «quien no se muere por las bombas se muere de hambre».
Ha dado las gracias al Ministerio de Exteriores y a todos los periodistas que le han apoyado para poder salir de Gaza. «No hay palabras para agradecer a todo el pueblo español el apoyo a nuestra causa», ha subrayado, al tiempo que ha pedido parar este genocidio.
Aunque ha logrado salir de la Franja para emprender una nueva vida en Málaga, deja parte de su corazón allí por todos los familiares, amigos y por su hijo, que murió en un bombardeo, pero ha dicho que tiene tres hijos más y una esposa por los que debe seguir luchando.
Ha reconocido que sus hijos, con edades entre los 17 y 22 años, todavía no se creen que estén seguros, pero ha explicado que ya les ha dicho que «podrán dormir sin drones, sin bombas, sin destrucción y con comida».
«Hay que llegar a un alto al fuego, porque la situación es límite», ha reclamado Hammad, que ha pedido que dejen entrar comida.
En este año y medio de guerra, el periodista palestino ha tenido que cambiar de casa 17 veces y, junto a su familia, ha tenido que comer incluso pienso de animales para sobrevivir.
No es una guerra, es un genocidio

Un muy emocionado Hammad ha dicho que los hospitales están destruidos y no tienen medicinas. «Te operan sin anestesia, en el suelo, con suciedad, con sangre y con olor a muerto. No han dejado nada, todos los colegios destruidos, las ambulancias las han bombardeado. No es una guerra es un genocidio», ha sentenciado.
Tras apelar a la ayuda internacional para acabar con la muerte de tantos niños y mujeres se ha preguntado «qué cifran de muertos necesitan» para que se les hagan caso.
El intérprete y su familia -atrapados en la Franja desde el inicio de la guerra- se han marchado junto con su hermano, Sadi Hammad, que vive en España desde hace 50 años y tiene la nacionalidad española, a Alozaina, un pueblo de interior de la provincia de Málaga ubicado en el corazón de la Sierra de las Nieves.
En mayo, decenas de periodistas españoles habían enviado cartas al Ministerio de Asuntos Exteriores para solicitar que se iniciaran los trámites para traerlo a España apelando a los servicios prestados a los medios y la sociedad española, petición a la que se habían sumado directores de medios, académicos, personalidades de la cultura y exaltos cargos políticos.
También su hermano, Sadi Hammad, había enviado una carta al ministro donde aseguraba que no solo lo acogería a él y a su familia sino que se haría cargo de todos los costes.
Recordaba que Kayed era muy conocido entre los periodistas españoles y europeos ya que ha trabajado como fixer, traductor y productor de muchos de ellos desde hacía décadas. EFE
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