El jazz lucha por su incierto futuro con una nueva generación de jóvenes músicos

Una nueva generación de jóvenes músicos, con mucho talento, mantiene la esencia del jazz, sobre todo a través de un pequeño circuito de locales, tal y como comenzó este estilo musical en los años 30. Un miércoles al mes, el bar Rvbicon, en Santander, tiene una cita imprescindible con una ‘jam session’ de jazz que llena el local de los melómanos que disfrutan de este género. EFE/ Eva García González

Eva García González

Santander, 30 abr (EFE).- Una nueva generación de jóvenes músicos, con mucho talento, mantiene la esencia del jazz, sobre todo a través de un pequeño circuito de locales, tal y como comenzó este estilo musical en los años 30.

Un miércoles al mes, el bar Rvbicon, en Santander, tiene una cita imprescindible con una ‘jam session’ de jazz que llena el local de los melómanos que disfrutan de este género.

Este miércoles no será menos, pues se celebra el Día Internacional del Jazz, y el bar organiza una ‘jam’ especial en la que participarán algunas de las nuevas promesas de este género en el norte de España, en cuyas manos está su futuro.

En una mesa de este mítico local santanderino, Iván Velasco, uno de sus dueños, explica a EFE que “apostar por el jazz es apostar por un género muy moderno e innovador y muy antiguo a la vez”.

Además, una nueva generación de jóvenes músicos “con mucho talento”, se ha formado en jazz y lo mantiene vivo en su más pura esencia, la improvisación en los bares, que es como se desarrolló en los años 30.

En este sentido, Velasco explica que varios bares del norte del país “están en contacto”, dando lugar a un pequeño circuito de locales que apuestan por el jazz y mueven los artistas entre comunidades autónomas.

“En el jazz ya no hay estrellas”

Una nueva generación de jóvenes músicos, con mucho talento, mantiene la esencia del jazz, sobre todo a través de un pequeño circuito de locales, tal y como comenzó este estilo musical en los años 30. Un miércoles al mes, el bar Rvbicon, en Santander, tiene una cita imprescindible con una ‘jam session’ de jazz que llena el local de los melómanos que disfrutan de este género. EFE/ Eva García González

El director del anual Festival de Jazz de Santander, Enrique Bolado, recibe a EFE en el salón de su casa, en donde colecciona más 16.000 discos de jazz y hay que hablar por encima de la música, que está a todo volumen.

Bolado se muestra pesimista respecto al futuro de este género musical porque, si bien desde que se consolidó como una música minoritaria “es cool decir que escuchas jazz”, luego “no vende”.

El Festival de Jazz de Santander es una de las pocas iniciativas que promueven el género y la más grande: reúne unas 500 personas en el Escenario Santander y suele vender todas las entradas.

Aún así, “no puede competir” con el de San Sebastián o el de Vitoria, que además de ser más longevos, “tienen mayor presupuesto” y más público.

“El festival de Santander es mucho más pequeño, pero puede presumir de ser el único en España que ofrece exclusivamente jazz”, matiza Bolado, que asegura que es lo que diferencia a este festival.

El director lamenta que este festival “llega tarde” porque los grandes artistas del género murieron hace años y ahora “ya no hay estrellas”.

“La gente joven no escucha jazz, los grandes ya no están y, además, ya casi nadie saca discos de jazz porque no vende, por lo que no hay grandes creaciones”, expresa Bolado.

Un circuito de jazz consolidado

Adrián Buenaga, saxofonista cántabro, explica a EFE que quien se forma hoy en jazz lo hace por “pura pasión”, pues más allá de los estudios superiores del género, que también escasean, no hay escuelas elementales de jazz.

“La dinámica es muy distinta a la de la formación clásica, es estar todo el día en un aula con tus amigos tocando e improvisando, es una música que te hace pasarlo bien, sentir libertad y jugar”, expresa.

Este joven saxofonista pertenece a esa generación de músicos que, “por pasión”, apuestan por el género, y asegura que “poco a poco a más gente joven le pica el gusanillo por el jazz”, una música tradicionalmente escuchada por gente “más mayor”.

“El jazz es una música en la que siempre se ha tocado lo mismo pero no aburre, es espontánea y es difícil que muera. La disfruta todo el mundo aunque no sepa de ello, te hace sentir una conexión especial”, opina.

Sin embargo, “es difícil” vivir exclusivamente de este género, y muchos de los jóvenes músicos se ven obligados a desplazarse a ciudades como Barcelona o Valencia o, incluso, salir del país.

Buenaga espera que “aumente” el consumo del jazz y que se cree un circuito consolidado en España, lo que él y sus compañeros están “intentando” en el norte.

“Lo mejor del jazz es quedar a tocar, montar los instrumentos, vienen los amigos de fuera a tu casa. El proceso es muy satisfactorio y es lo que hace que sigamos tocando”, expresa el saxofonista.