Moscú, 4 ago (EFE).- El Kremlin intentó este lunes rebajar la tensión nuclear con Estados Unidos, que desplegó dos submarinos atómicos en reacción a una supuesta amenaza rusa, descartando una posible escalada militar entre ambas superpotencias.
Al mismo tiempo, se mostró dispuesto a recibir al emisario de la Casa Blanca, Steve Witkoff, antes de que venza esta semana el plazo de diez días impuesto por el presidente de EE.UU., Donald Trump, para detener la guerra en Ucrania.
«En una guerra nuclear no puede haber vencedores. Este es, seguramente, el principal postulado por el nos guiamos», dijo hoy Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
El portavoz recordó que es el presidente ruso, Vladímir Putin, el que marca la política exterior y el único interlocutor válido para el líder de Estados Unidos, en clara alusión a Dmitri Medvédev, cuyas belicosas declaraciones en las redes sociales han sido el detonante de la actual crisis.
El Kremlin descarta una escalada
En sus primeras declaraciones desde el anuncio de Trump el viernes, el Kremlin intentó quitar hoy todo el hierro a la controversia con Trump y aseguró que «todos deben ser muy cuidadosos en relación con la retórica nuclear».
De hecho, Peskov subrayó que Moscú no considera que ahora mismo tenga lugar entre ambas potencias «alguna clase de escalada» nuclear, por lo que añadió: «No nos gustaría vernos involucrados en tal polémica».
«Está claro que se trata de un tema muy complejo y sensible ante el que, por supuesto, muchos reaccionan de manera impulsiva», dijo.
Con respecto a los submarinos, cuya identidad y paradero se desconoce, Peskov subrayó que «los submarinos nucleares estadounidenses siempre están en alerta, es algo constante».
«Siempre queremos estar preparados. Por eso he enviado dos submarinos nucleares a la región. Solo quiero asegurarme de que sus palabras sean solo palabras y nada más», explicó Trump.
La última y única vez desde que comenzó la guerra en Ucrania que Putin puso en alerta a sus fuerzas de disuasión nuclear -fuerzas estratégicas, defensa antimisiles y antiaérea, y sistema de alerta temprana- fue el 27 de febrero de 2022, tres días después del inicio de la campaña militar. El motivo fueron «las declaraciones agresivas» contra Rusia de los líderes de los principales países miembros de la OTAN.
Esperando a Witkoff
A su vez, Rusia aseguró que estará encantada de recibir al enviado especial de EE.UU. para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien tiene previsto visitar el país «el miércoles o el jueves», según adelantó Trump.
«Siempre nos alegra ver al señor Witkoff en Moscú y mantener contactos con él. Los consideramos importantes, significativos y muy útiles», dijo Peskov.
Se trata de la quinta visita de Witkoff a Rusia -donde siempre lo ha recibido el presidente- en lo que va de 2025.
«El diálogo continúa, Estados Unidos sigue trabajando para mediar en la búsqueda de una solución al problema ucraniano. Estos esfuerzos son muy importantes, incluso en el contexto del proceso de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania», aseguró.
Es decir, que la reunión tendrá lugar justo antes de que concluya -en la medianoche del jueves- el plazo de diez días de Trump, que amenaza a Moscú con sanciones y aranceles secundarios a los importadores de petróleo ruso, liderados por India y China.
«Si llega la fecha límite y Rusia no ha aceptado un alto el fuego, habrá sanciones. Pero (Moscú) parece bastante bueno para evitar las sanciones», afirmó Trump, y añadió que Moscú puede hacer algo para evitarlo: «Sí, llegar a un acuerdo donde la gente deje de morir».
Medvédev desaparece de las redes sociales
Mientras, Medvédev desapareció de las redes sociales -X y Telegram-, donde está inactivo desde el 31 de julio. Se desconoce si eso responde a un rapapolvo de Putin, conocido por ser un líder analógico que no lleva consigo teléfono móvil.
Y es que fue el actual subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, al que Trump calificó el fin de semana de «bocazas», el que provocó al presidente de EE.UU, al advertirle de un posible conflicto entre ambos países y aludir a la temible «mano muerta».
El sistema de respuesta nuclear contra EE.UU. ideado en tiempos soviéticos Perímetro (también conocido como Mano) se activaría automáticamente en caso de que el Kremlin pierda el control sobre su arsenal estratégico debido a una ataque masivo enemigo, que neutralizaría a toda la cúpula civil y militar rusa.
Peskov defendió y, a la sazón, se desmarcó de Medvédev, al asegurar que «en cada país existen miembros del Gobierno que tienen diferentes puntos de vista sobre los acontecimientos en marcha. También hay gente con posturas muy radicales en EEUU y en los países europeos. Eso pasa siempre».
Añadió que «lo importante es, por supuesto, la postura del presidente Putin. En nuestro país la política exterior la formula el jefe de Estado, el presidente Putin».