El ‘laboratorio’ de Urdaibai reúne aprendizajes ante los nuevos mandatos europeos en agua

Planta de tratamiento de agua en una zona rural del Urdabai en Bizkaia. El 'laboratorio' en el que se ha convertido el bello paraje vizcaíno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde un equipo investiga desde hace años la mejora de la calidad del agua dirigida al consumo humano, reúne aprendizajes de posible interés ante las nuevas exigencias europeas para proteger las captaciones. EFE/Luis Tejido

Bilbao, 25 jul (EFE).- El ‘laboratorio’ en el que se ha convertido el bello paraje vizcaíno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde un equipo investiga desde hace años la mejora de la calidad del agua dirigida al consumo humano, reúne aprendizajes de posible interés ante las nuevas exigencias europeas para proteger las captaciones.

La Directiva Europea sobre el Agua Potable, transpuesta a la legislación española mediante Real Decreto en 2023, exige a los Estados miembros que evalúen los riesgos en las zonas de captación de agua para consumo humano en un plazo hasta 2027 con el fin de garantizar su calidad.

Es ahí donde podría resultar de interés la denominada «metodología Urbaso», basada en el establecimiento de perímetros de protección en torno a la captación, que promueve el equipo investigador que trabaja en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde se ubican 39 puntos de extracción de agua en zonas boscosas, 13 de ellos en plantaciones de pino y eucalipto.

Los investigadores del proyecto Life Urbaso, que cuenta con financiación europea, trabajan bajo la coordinación del centro de investigación Neiker para demostrar que una adecuada gestión forestal que erosione menos el suelo en las cuencas vertientes en torno a las captaciones mejora la cantidad y la calidad del agua potable al conseguir que menos lodos y sedimentos terminen en ellas.

En el proyecto también participan el centro de investigación sobre cambio climático BC3, la Universidad del País Vasco EHU, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y la Agencia EFE.

«Novedad» en la legislación

El catedrático en Hidrogeología de la Universidad del País Vasco Iñaki Antigüedad ha explicado a EFE que la directiva europea introduce una mirada novedosa al plantear la evaluación y gestión del riesgo en la zona de captación.

Ello implica que, en lugar de la tradicional visión que mira como punto de partida a «la tubería» que lleva el agua a la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), se fija en la zona de captación: Se trata de «girarse 180 grados y decir ‘cojo aquí el agua, pero ¿de dónde viene el agua?'».

La nueva normativa apuesta, en relación a la gestión del riesgo de las zonas de captación, por «un enfoque holístico», situándolas en la base de las medidas orientadas a reducir el nivel de tratamiento de potabilización requerido para la producción de agua de consumo.

En este contexto, Antigüedad ha señalado que la «metodología Urbaso» que se trabaja en Urdaibai, con varios años de investigación centrados en torno a tres «anillos» de zonas protegidas en captaciones con implementación de una silvicultura diferente en cada uno de ellos, podría ser aplicable a áreas rurales del Cantábrico.

Actividad forestal «agresiva»

«En zonas rurales donde las captaciones son de aguas superficiales, el riesgo para la afección de las aguas no viene de industrias. El problema principal viene de la actividad forestal», que es al que Life Urbaso quiere hacer frente, según ha afirmado.

El experto ha lamentado que «hoy por hoy» la gestión forestal que se practica, sobre todo la relacionada con plantaciones de pinos o eucaliptos, «todavía es bastante agresiva con respecto a los recursos hídricos».

«Cualquiera que vaya al monte va a ver matarrasas, destrozos de maquinaria pesada, pérdida de suelo…», ha señalado.

Esa pérdida de suelo, según ha indicado, provoca un aumento de los sedimentos en los arroyos y cuando se registran lluvias fuertes, se produce «ese chocolate que vemos cuando hay caudales importantes».

Según ha insistido, la mayor parte de ese «chocolate» está generado por «una gestión inadecuada de los suelos en la gestión forestal» y a este asunto «no se le da la debida importancia», ha lamentado, porque «tenemos la mentalidad de la gran ciudad, de que lo que contamina es la industria».

Sin embargo, según ha avisado, en este caso existe «un problema de calidad del agua», ya que «muchas veces no se puede captar porque no se puede llevar a una ETAP un agua tan turbia».

«La gran turbidez del agua -ha argumentado- está en el origen del problema de los trihalometanos», compuestos químicos que se forman con los reactivos que se aplican en la ETAP para mejorar la calidad del agua en origen y que «preocupan» en Europa por su potencial riesgo para la salud.

«Metología Urbaso»

Antigüedad ha considerado que es «impensable» que se puedan realizar en un periodo corto de tiempo la evaluación y la gestión del riesgo de cada una de las zonas de captación de agua, cada una con sus características propias.

Ante ello y mientras no haya otra metodología, la del proyecto Urbaso puede resultar de utilidad como punto de partida y base para realizar los trabajos correspondientes, según ha opinado.

El catedrático también ha valorado el proyecto Life Urbaso en un contexto de cambio climático y aumento de las temperaturas con el fin de lograr, no solo mayor calidad, sino también mayor cantidad de agua destinada al consumo humano mediante el control del fenómeno conocido como evapotranspiración.

Ligado al cambio climático, este fenómeno se acelera debido a que el agua se evapora más rápido a temperaturas más altas.

Un escenario futuro de temperaturas más elevadas haría desaconsejable rodear la captación de agua de vegetación con gran demanda hídrica ya que en momentos de sequía «el eucalipto -gran consumidor de agua- sigue bebiendo» mientras que la captación se seca, ha advertido el experto.

Una zona de captación de agua en una zona rural del Urdabai en Bizkaia. El 'laboratorio' en el que se ha convertido el bello paraje vizcaíno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde un equipo investiga desde hace años la mejora de la calidad del agua dirigida al consumo humano, reúne aprendizajes de posible interés ante las nuevas exigencias europeas para proteger las captaciones. EFE/Luis Tejido
Una zona de captación de agua en una zona rural del Urdabai en Bizkaia. El 'laboratorio' en el que se ha convertido el bello paraje vizcaíno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, donde un equipo investiga desde hace años la mejora de la calidad del agua dirigida al consumo humano, reúne aprendizajes de posible interés ante las nuevas exigencias europeas para proteger las captaciones. EFE/Luis Tejido