Álvaro Alfaro
Lago Qinghai (China), 11 jul (EFE).- El lago Qinghai, el mayor de agua salada de China y clave en el equilibrio ecológico de la meseta tibetana, afronta la creciente presión del turismo y los efectos del aumento de su nivel en las dos últimas décadas.
El cuerpo de agua, situado a una altitud de unos 3.200 metros en la provincia occidental de Qinghai, «se ha expandido desde 2004 en casi 400 kilómetros cuadrados hasta los 4.600», explicó a EFE Wang Shuning, funcionaria de la Oficina de Gestión para la Protección y Aprovechamiento del Área Escénica del Lago Qinghai.
Wang atribuye el crecimiento del lago a un «cúmulo de factores», entre ellos «el calentamiento global y el aumento de la humedad, que han reducido la evaporación», así como «las medidas de restauración ecológica» aplicadas en la zona.
De hecho, en 2006 los científicos alertaban de que el lago corría riesgo de secarse, tras perder 670 kilómetros cuadrados de superficie y descender su nivel cuatro metros en los 40 años previos.
El fenómeno ha traído algunos efectos positivos, como «el aumento del número de peces», lo que permite que más aves acuáticas se alimenten en la zona. El lago «es un punto de confluencia de dos de las nueve rutas migratorias mundiales de aves, lo que lo convierte en una zona clave para su paso y reproducción», indicó Wang.
Además, el lago «actúa como una barrera natural que frena la expansión de la desertificación desde el oeste hacia el este de China», añadió.
Auge del turismo
En los últimos años, el oeste de China ha ganado atractivo turístico entre los viajeros nacionales, especialmente en verano, cuando algunas de sus regiones situadas a cierta altitud ofrecen temperaturas más suaves que el este y el centro del país.
El lago Qinghai superó por primera vez los tres millones de visitantes en 2023 y sigue registrando cifras al alza: en las pasadas vacaciones por la fiesta del 1 de mayo recibió a 78.700 turistas, un 8,3 % más que el año anterior, según datos del Gobierno local.
El auge del turismo ha agravado ciertos retos ecológicos. En 2020, las autoridades medioambientales a nivel nacional señalaron «puntos débiles» en la protección del lago, como «problemas en la implementación del concepto de prioridad ecológica», «falta de planificación integral» y «graves vertidos ilegales de contaminantes», mientras acusaban a hoteles y restaurantes cercanos a la orilla del lago de verter directamente sus desechos al agua.
En respuesta, las autoridades locales han implantado un sistema de vigilancia ecológica y patrullas periódicas que cubren el lago, los ríos, los pastizales y puntos clave del ecosistema, con el objetivo de que el área sea declarada parque nacional en los próximos años.
La subida del nivel del agua podría impactar también a los 70.000 residentes en las inmediaciones del lago, en su mayoría habitantes de etnia tibetana que crían ganado en zonas de pasto.
Wang aseguró, sin embargo, que solo «una pequeña parte» se verá realmente afectada, ya que muchas áreas cercanas al lago están bajo protección estricta y apenas hay presencia humana. Para los más perjudicados por el creciente aumento del nivel del agua, añadió, existen políticas de reasentamiento.
Una tendencia generalizada
Científicos chinos han alertado de que la expansión de lagos no se limita al Qinghai, sino que afecta a otros cuerpos de agua de la meseta tibetana.
Un estudio de la Academia China de Ciencias publicado en 2024 en Nature Geoscience calculó que con un escenario de bajas emisiones la superficie lacustre del altiplano podría crecer en 20.000 kilómetros cuadrados hacia final de siglo debido al aumento de las precipitaciones y al derretimiento de los glaciares.
La expansión de los lagos en el altiplano, que se extiende principalmente a través de China, pero también India, Pakistán, Nepal, Bután, Tayikistán y Kirguistán, tendrá impactos de gran alcance, incluyendo la inundación de pastos, afectando a la ganadería y al desarrollo económico local, aseveraron los investigadores.
La meseta Qinghai-Tíbet, también conocida como Tercer Polo y de un tamaño similar al de Argentina, tiene una de las reservas de hielo perenne más grandes del mundo.
Este almacén de agua helada alimenta a ríos como el Ganges, el Indo, el Mekong, el Yangtzé y el Amarillo y abastece a cientos de millones de personas del continente asiático con recursos hídricos para el riego, el consumo y la energía.