El legado espiritual y social en Perú del nuevo papa

Fotografía de un cuaderno con testimonios de fe hechos por visitantes a la parroquia Santa María Magdalena que describen milagros realizados por el Divino Niño del Milagro, este viernes en Eten, provincia de Chiclayo (Perú). EFE/ Mikhail Huacan

Chiclayo (Perú), 9 may (EFE).- Además de ser sencillo y cercano, el nuevo papa León XIV sobresalió en su anterior etapa como obispo peruano por su capacidad de gestión y ser un actor social. Entre su legado, se recordará la planta de oxígeno que consiguió instalar en plena pandemia o su esfuerzo para que se declare como capital eucarística a una pequeña localidad de la Diócesis.

Parece que en la soleada Chiclayo, la localidad peruana donde fue obispo durante ocho años, todos conocieron a Robert Prevost. Los vecinos enseñan orgullosos fotos con él en una festividad, en la iglesia o en instituciones educativas, y todas son buenas palabras hacia él.

Pero más allá de ser conocido entre los ciudadanos, y su gusto por la comida peruana, León XIV lideró numerosas iniciativas y proyectos que perduran a día de hoy.

Desde la sede de Cáritas Chiclayo, su secretario general, José Alejandro Castillo, recuerda a EFE algunos hitos del paso del estadounidense por esta diócesis, que muestran cómo sabía moverse entre entidades públicas, privadas y hasta las Fuerzas Armadas para ayudar a los más necesitados.

“Durante la pandemia de covid-19, una de sus preocupaciones eran la falta de oxígeno y él hizo una campaña muy grande, de tal manera que no solamente consiguió una planta de oxígeno, sino dos plantas”, relata Castillo junto a dicha infraestructura.

Cuenta que durante meses muchas personas murieron en Perú por la falta de oxígeno en hospitales, lo que elevó su precio hasta las estrellas, algo que perturbaba a Prevost y por lo que empezó una campaña virtual de recolección de fondos para conseguir una planta de oxígeno e instalarla en Cáritas para quien lo necesitara.

Detalla que las filas eran larguísimas durante todo el día por la enorme demanda, pero su plan pudo salvar la vida de chiclayanos desesperados por conseguir oxígeno.

Castillo también se acuerda de cómo León XIV supo conseguir fondos y ayuda de las Fuerzas Armadas para construir módulos de vivienda para personas que habían perdido sus casas por las grandes inundaciones provocadas por el Fenómeno de El Niño en 2017.

De hecho, se ha convertido en viral una foto de Prevost con botas de agua en medio de un infinito charco marrón formado por las inundaciones que destrozaron parte del norte de Perú.

Asimismo, destacó la línea de trabajo impulsada por el entonces obispo para ayudar a la migración venezolana que llega desde la frontera norte del país, tanto a las personas que están de paso, como las que se establecen en la ciudad.

“Se les ayuda con los trámites para que puedan regularizar su situación aquí en este país, y sobre todo, puedan de esa manera conseguir trabajo para su propio sostenimiento”, indica el sacerdote al añadir que su preocupación por los migrantes era sobresaliente.

Legado espiritual

El secretario general de la sede de Cáritas Chiclayo, José Alejandro Castillo, muestra una planta de oxigeno este viernes, en Chiclayo (Perú). EFE/ Paolo Aguilar

A pocos kilómetros al sur de la ciudad, una pequeña y humilde localidad llamada Eten podría cambiar su destino gracias a la acción de León XIV, pues en 2019 llevó al papa Francisco la petición para declararla como ‘capital eucarística’, por un milagro ocurrido en 1649.

La Parroquia Santa María Magdalena rinde culto al Divino Niño del Milagro, donde vecinos y visitantes acuden con fervor y se acumulan más de 20.000 testimonios de fe escritos a mano, que Prevost enseñó al anterior papa.

Mientras una mujer deja junto a la imagen colorida del Niño Jesús la foto de su hijo enfermo, Noemí Ñiquen, integrante de la parroquia cuenta a EFE que el obispo Prevost visitó muchas veces esta peculiar iglesia y su comunidad.

“Visitaba mucho nuestro pueblo, conocía a la gente y sus problemáticas. Sabe que este pueblo está lleno de fe, de tradición religiosa, por eso aquí le queremos mucho y estamos seguros que su primera visita a Perú será para reconocer a Eten como ciudad eucarística”, dijo entusiasmada.

Paula Bayarte

Fotografía que muestra una imagen de un encuentro del entonces obispo Robert Prevost entregando al papa Francisco un libro con testimonios de fe hechos por visitantes a la parroquia Santa María Magdalena que describen milagros realizados por el Divino Niño del Milagro, este viernes en Eten, provincia de Chiclayo (Perú). EFE/ Mikhail Huacan