El milagro de Antonio Conte

Antonio Conte, entrenador del Nápoles, celebra la victoria ante el Cagliari con un 'Scudetto' EFE/EPA/CIRO FUSCO

Roma, 23 may (EFE).- Antonio Conte llegó a Nápoles con el objetivo de reconstruir un Nápoles en pedazos, de volver a competiciones europeas y de aupar al equipo de nuevo entre los mejores de Italia. Nadie pensó a principios de temporada que este Nápoles podría ganar el ‘Scudetto’, hazaña colocada a la altura de un milagro que Conte se encargó de obrar este viernes, con la victoria final ante el Cagliari (2-0).

Antonio Conte, entrenador del Nápoles, es manteado por sus jugadores en la victoria ante el Cagliari que les dio el 'Scudetto' EFE/EPA/CIRO FUSCO

El Nápoles ganó el tercer ‘Scudetto’ de su historia el 4 de mayo de 2023. Se soñó entonces en la ciudad sureña con la Liga de Campeones, con asentarse entre los mejores del planeta. La realidad fue mucho más dura. Y, sobre todo, inmediata.

Antonio Conte, entrenador del Nápoles, celebra la victoria ante el Cagliari. EFE/EPA/CIRO FUSCO

Fue una caída en picado. La marca de Luciano Spalletti provocó la caída de un club que parecía estable, pero que navegó en un mar de incertidumbre durante una temporada completa. Rudi García, Walter Mazzarri y Francesco Calzona fueron los 3 entrenadores del equipo post ‘Scudetto’, en la campaña 2023-24. Un desastre que finalizó con el Nápoles décimo, como el peor campeón defensor de la historia del fútbol y sin competiciones europeas.

El descontento de su dos grandes estrellas, el georgiano Khvicha Kvaratshelia y el nigeriano Victor Osimhen, héroes del título de 2023, fue más que palpable. Ambos quisieron salir tras el desastre. Osimhen se fue antes del inicio de la temporada al Galatasaray. ‘Kvara’ en enero al PSG. Y las bajas del central surcoreano Kim Min Jae (Bayern) y el polaco Piotr Zielinski (Inter), que se fueron tras levantar el título, dejaron muy tocado el nivel de la plantilla.

El desastre de la 2023-24 apagó por completo las expectativas de la afición para esta campaña.

Ni siquiera la llegada de Conte, que estaba sin equipo desde marzo de 2023, subió el ánimo, Y eso que el técnico es un especialista de esta competición. Es su quinto ‘Scudetto’. Con el Juventus Turín tres seguidos: 2011-12; 12-13 y 13-14. Y con el Inter de Milán en la 2020-21.

La fe en un equipo muerto

Pese a que fue un rescate mutuo, el Nápoles ha salido muy beneficiado con la llegada de Conte al banquillo. Ha devuelto esa mentalidad ganadora al club, ha instaurado la confianza en la victoria en un equipo que no estaba, ni de lejos, pensado para ganar el título.

Se reforzó con uno de los suyos, con el belga Romelu Lukaku, al que bien conocía de su etapa en el Inter, donde hizo de él su baluarte. También este año fue su refugio arriba, la pieza sobre la que viró todo el ataque napolitano.

Aunque este año tuvo un gran aliado. Llegó también el escocés Scott McTominay, casi denostado en el Manchester United, para convertirse en la revelación de la Serie A sin ninguna duda. Un total de 12 goles y 4 asistencias. Más todo el empaque y llegada que aportó para lanzar al Nápoles.

La pérdida de Kvara sin sustituto

Contó Antonio Conte con Kvicha Kvaraskhelia durante los primeros meses. Fue fundamental el georgiano con 5 goles y 3 asistencias, pero sobre todo con esa manera de jugar tan incisiva, tan peligrosa constantemente que hizo creer al Nápoles con la reconstrucción.

Sus aspiraciones, en cambio, pasaban por Europa, por la Liga de Campeones. Y ahora jugará la final de la ‘Champions’ contra el Inter como jugador titular del PSG.

Para Conte fue una desilusión perder a un jugador de su nivel que no fue sustituido. Unos 70 millones de euros recibió el Nápoles y se quedó con Neres, Raspadori, Ngonge, Okafor, Politano, Lukaku y Simeone arriba.

“He hablado de desilusión mía por no haber conseguido hacer que ‘Kvara’ se quedara en estos seis meses que llevo aquí. No es que ‘Kvara’ o el club me hayan decepcionado. Simplemente, pensaba que podía influir de manera diferente en estos meses y me he dado cuenta que no era así”, dijo cuando supo de su marcha

“Es un chico fantástico. Me disgusta porque, a lo mejor, he sido un poco presuntuoso estos seis meses por pensar que podría hacerle cambiar de idea”, puntualizó.

El incendio de sus declaraciones

Pese a estar peleando de tú a tú con el Inter de Milán y con una plantilla no pensada para ganar nada, Conte estuvo a punto de explotar. Dejó muy en el aire su continuidad, que está sujeta a exigencias en el mercado.

“En Nápoles me he integrado muy bien y estoy de maravilla, igual que mi familia. Hay sol, se come de forma espectacular y tenemos que vivir el presente. La gente quiere ganar y tiene ambición, así que por mi parte hay una gran apertura en todos los aspectos, pero habrá que ver cuál será la realidad”, dijo.

“Yo traigo conmigo una responsabilidad, y muchas veces sois (periodistas) los primeros en señalarme: ‘Ah, está Conte, tiene que ganar el ‘Scudetto’, si no queda primero, queda segundo’. Pero ¿por qué? ¿Por qué tengo que cargar con esa presión? Lamentablemente, la siento. No quiero decepcionar a la gente, pero tampoco quiero estar al frente de situaciones que requieren un milagro, y no una planificación seria y construida con tiempo”, añadió.

El milagro final, victoria contra el Cagliari

Al final, pese a todo, y aunque solo jugara de domingo en domingo, algo que muchos destacaron como algo determinante, obró el milagro. No lo es para una plantilla de este calibre. Vivió Conte desde la tribuna este último partido decisivo, expulsado la pasada jornada ante el Parma. Sufridor por el primer gol del Inter ante el Como. Aliviado tras la chilena de McTominay. Desatado tras la sentencia de Lukaku.

Fue un título diferente al de 2023 con Spalletti. Ese año fue un fútbol brillante. Para este tuvo que ser un fútbol menos espectacular, más resultadista. Más al estilo Conte, que consiguió lo que parecía imposible. Devolvió el ‘Scudetto’ al sur de Italia, donde solo ha estado en 5 ocasiones. Una en Cerdeña, en Cagliari. Las otras 4 en Nápoles.

Este ‘Scudetto’ del Nápoles es, principalmente, un gran milagro de Antonio Conte, que ahora, con le trabajo hecho, tendrá que aclarar su futuro.

Tomás Frutos