Nueva Delhi, 5 may (EFE).- El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abás Araqchi, inició este lunes una visita oficial a Pakistán, donde se reunirá con las principales autoridades del país, en un viaje en el que también visitará la India, tras ofrecerse a mediar en la intensa escalada entre Nueva Delhi e Islamabad.
A su llegada a la capital paquistaní, Islamabad, Araqchi fue recibido por el secretario adicional de Asia Occidental, Syed Asad Gillani, el embajador iraní en Pakistán y otros altos funcionarios, según un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Durante su visita mantendrá reuniones con los principales dirigentes del país, incluidos el presidente, Asif Ali Zardari, el primer ministro, Shehbaz Sharif, y el vice primer ministro, Ishaq Dar, indica el comunicado.
Las reuniones se centrarán en las relaciones bilaterales entre Irán y Pakistán, así como en los “recientes acontecimientos regionales e internacionales”, según el Gobierno iraní.
El encuentro se enmarca en un contexto de alta tensión entre la India y Pakistán, tras el atentado del 22 de abril en Pahalgam, en la región india de Cachemira, que dejó 26 turistas muertos, y tras el que Teherán se ha ofrecido a mediar entre entre las dos potencias nucleares.
Tras su visita a Pakistán, se espera que el ministro Araqchi también viaje a la India, si bien no se ha precisado la fecha exacta de su llegada.
Abás Araqchi ha descrito a la India y Pakistán como “vecinos hermanos” y afirmó esta semana que Teherán está dispuesto a interponer sus buenos oficios en Islamabad y Nueva Delhi para fomentar un mayor entendimiento en estos momentos difíciles.
Aunque Islamabad ha hecho peticiones a varios Gobierno y a la ONU de mediar en la crisis, la India no ha expresado interés en la mediación. Por el contrario, sostiene que cuenta con apoyo global para luchar contra el terrorismo.
La región de Cachemira ha sido un punto de conflicto entre la India y Pakistán desde que ambas naciones obtuvieron su independencia en 1947, lo que ha provocado guerras y tensiones persistentes.
El territorio con idílicos paisajes es también una de las zonas más militarizadas del mundo con cientos de miles de soldados, y ha sido escenario de actos de la insurgencia independentista desde la década de 1990.