Nueva York, 19 jun (EFE).- El narcotraficante y líder criminal ecuatoriano José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, regresó este viernes con un aspecto totalmente rejuvenecido al tribunal federal de Brooklyn donde está imputado por narcotráfico y contrabando de armas de fuego, y donde sus abogados mostraron sintonía con la Fiscalía.
La de hoy fue la primera audiencia de Fito con el juez asignado de la corte para el Distrito Este de Nueva York, Frederic Block, y quien también sigue otros casos como el del capo mexicano Rafael Caro Quintero. Macías Villamar lució mucho más delgado, sin rastro de su frondosa barba y con pelo negro corto.
Ese radical cambio de apariencia en el conocido líder de Los Choneros, la banda criminal más antigua y una de las más grandes que opera en Ecuador, fue lo más destacado de una vista procedimental en la que defensa y Fiscalía ampliaron su plazo para seguir compartiendo información.
«Nuestro equipo guarda buena relación con la Fiscalía y soy optimista, creo que en los próximos 90 días podemos tener avances», afirmó el abogado Alexei Schacht, al lado de su defendido, quien hace dos meses se declaró no culpable, vestía uniforme de presidiario color caqui y siguió la audiencia con atención.
El juez Block, con el beneplácito de las partes, fijó la próxima audiencia para el 22 de enero a las 11:30 (16:30 GMT).
En Estados Unidos, donde se le habían impuesto ya sanciones al propio Macías Villamar como a Los Choneros, Fito está acusado desde febrero de siete cargos, entre ellos conspiración para la distribución internacional de cocaína con vínculos con el Cartel de Sinaloa, uso de armas de fuego y contrabando de armas de fuego.
Según la acusación, Los Choneros operaban una red a gran escala «responsable del envío y distribución de toneladas de cocaína desde Suramérica, a través de Centroamérica y México, hasta Estados Unidos y otros lugares».
En los minutos previos a la llegada del juez encargado a la sala, Fito conversó con su equipo legal y se le vio muy despierto ante las directrices de sus abogados, a los que se le pudo escuchar un «tan solo es una opción», sin poder identificar la prensa a que se referían, en un español con claro acento estadounidense.
No obstante, y a pesar de parecer en plena forma, Schacht instó al juez a que el Buró Federal de Prisiones de EE.UU. (BOP, en inglés) permita a su defendido tener una atención médica «necesaria» en la cárcel y que hasta ahora considera «insuficiente».
«Nos hemos comunicado con el Gobierno pidiendo incluso que su expediente de salud se haga público, pero pedimos que esta situación se solucione», incidió el abogado, a lo que el juez Block respondió que haría «todo lo posible» para que su petición fuera atendida.
A la salida del tribunal, el abogado aclaró que el problema médico que enfrenta el acusado «no es cáncer», pero que, aún así, «sigue siendo grave».
Fito, el criminal más buscado por el Ejecutivo ecuatoriano de Daniel Noboa, fue capturado en junio dentro de un búnker construido bajo una vivienda a las afueras de la costera ciudad de Manta (suroeste del país), su localidad natal y bastión de Los Choneros.
Su nueva captura se dio después de permanecer año y medio en paradero desconocido, tras su fuga a finales de 2023 de la Cárcel Regional de Guayaquil donde cumplía una condena de 34 años impuesta en 2011 por la suma de varios delitos como narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada.
A finales del mes de julio, Macías Villamar aceptó su extradición a EE.UU. ante el riesgo de ser objeto de algún eventual atentado por parte de bandas criminales dentro de La Roca, el penal de máxima seguridad de Ecuador donde se encontraba recluido desde su última captura.
Guillermo Azábal