El Nobel Yaghi: Hay personas inteligentes, con talento y habilidades en todas partes

EFE/EPA/FREDRIK SANDBERG/TT SWEDEN OUT

Redacción Ciencia, 8 oct (EFE).- Omar Yaghi viene de una familia «muy humilde» de refugiados palestinos y acaba de ganar el Premio Nobel de Química, por eso sabe que «hay personas inteligentes, con talento y habilidades en todas partes» y que «la ciencia es la mayor fuerza igualadora del mundo».

«Sorprendido, encantado, abrumado» dijo Yaghi sobre el premio, que comparte con el británico Richard Robson y el japonés Susumu Kitagawa por el desarrollo de estructuras metalorgánicas, cuyas aplicaciones van desde extraer agua del aire del desierto, capturar dióxido de carbono o fabricar fármacos.

El premiado atendió la tradicional llamada de la página web de los Premios Nobel, que hace una breve entrevista al nuevo laureado tras el anuncio y, ante el ruido de voces de fondo dijo que estaba a bordo de un avión próximo a despegar.

De hecho, le llamaron por teléfono de la Academia Sueca de Ciencias para decirle que había ganado el Nobel, cuando estaba aterrizando de un vuelo previo.

«Crecí en un hogar muy humilde y éramos una docena viviendo en una pequeña habitación que compartíamos con el ganado que criábamos. Nací en una familia de refugiados y mis padres apenas sabían leer ni escribir, creo que mi padre terminó el sexto grado y mi madre ni siquiera sabía leer ni escribir», recordó.

La trayectoria del nobel nacido en Amán y que desde los quince años vive en Estados Unidos es una prueba de que «hay personas inteligentes, con talento y habilidades en todas partes, por eso debemos centrarnos en liberar su potencial, brindándoles oportunidades» y agregó que «la ciencia es la mayor fuerza igualadora del mundo.

Yaghi se refirió en varias ocasiones a la «belleza de la química» y explicó que «si aprendes a controlar la materia a nivel atómico y molecular», el potencial es enorme.

«Puedes imaginar cosas que quieres crear para abordar problemas específicos, ya sea un gran problema al que se enfrenta la sociedad, como la captura de agua y CO2, o la fabricación de sensores o terapias que convierten moléculas dañinas en moléculas inofensivas».

Para el químico, lo «bonito de este campo» es que permite a los científicos entrar y encontrar su camino, desarrollar su carrera, desarrollar sus ideas y convertirse en pilares» de ese área

Cuando empezó su carrera, su sueño era «publicar al menos un artículo que recibiera 100 citas. Ahora, mis alumnos dicen que nuestro grupo ha obtenido más de 250.000 citas», señaló el científico de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU).

A vueltas con la belleza, relató que de niño le interesaba mucho la belleza de las moléculas. «Cuando tenía 10 años fui a la biblioteca, abrí un libro y allí encontré (diagramas de) moléculas (…), no sabía que eran moléculas, pero de alguna manera me atrajeron inmediatamente».

Más adelante aprendió que las moléculas componen nuestro mundo y desde entonces eligió «investigar problemas químicos», aunque al principio no se propuso resolver ningún «problema mundial», sino que su objetivo era «crear cosas bonitas y resolver un problema intelectual.