El novio de Díaz Ayuso se desvincula del correo clave por el que se investiga al fiscal general

Alberto González Amador (d), pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid y autor de la denuncia que originó la investigación contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por supuesta revelación de secretos, a su salida del Tribunal Supremo donde ha testificado ante el juez este viernes. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Madrid, 23 may (EFE).- Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha dicho al juez que no dio su consentimiento previo a su abogado para enviar el correo del 2 de febrero de 2024 en el que este reconocía a la Fiscalía la comisión de dos delitos fiscales, por cuya filtración se investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

Alberto González Amador (d), pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y autor de la denuncia que originó la investigación tras la filtración de un correo de su abogado en el que admitía dos delitos de fraude fiscal, a su llegada al Tribunal Supremo para prestar declaración como testigo ante el juez Ángel Hurtado que investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por supuesta revelación de secretos. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

González Amador, que ha declarado durante una hora y cuarto en el Tribunal Supremo, se ha desvinculado así de la actuación de su entonces letrado Carlos Neira, a quien sin embargo ha respaldado, según han informado a EFE fuentes jurídicas.

La pareja de Isabel Díaz Ayuso ha explicado que siempre insistió en su inocencia ante la Agencia Tributaria, y que lo sigue haciendo, al negar que cometiese algún fraude o que hubiese facturas falsas, o sociedades interpuestas.

Imagen de archivo del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. EFE/ Kiko Huesca

González Amador está investigado por varios delitos en un Juzgado de Madrid, incluido el fraude fiscal que motivó el correo cuya difusión se investiga en el Supremo y por el que están imputados el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez.

Fuentes jurídicas han informado de que ha explicado que el correo del 2 de febrero fue una iniciativa de su letrado Carlos Neira -que está citado el próximo martes como testigo- que realizó sin su previo consentimiento. Es más, ha precisado que no tuvo conocimiento de ese correo hasta el 14 de marzo por la prensa, una vez se había filtrado ya su contenido la noche del día 13.

Ahora bien, ha querido dejar claro que respalda a Neira y que tras la apertura de la investigación por parte de la Fiscalía, le dijo a su abogado que buscase la mejor solución y la más rápida para seguir “con su anonimato”, es decir, la que menos ruido causase y también que menos perjudicase a Isabel Díaz Ayuso, al tiempo que dejó las comunicaciones en manos de su letrado.

Los mensajes con Miguel Ángel Rodríguez

Según la investigación, el 12 de marzo Carlos Neira envió a su cliente un mensaje en el que dijo que “la idea es que haya solo un condenado” y que todo quede en una “multa mínima”, después de que contactara con el fiscal Julián Salto para pactar en su causa por fraude fiscal.

Ese mismo día, a las 9:09 horas, Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta madrileña, recibió un mensaje -que aportó en el Supremo-, reenviado por el empresario, a quien identifica en su agenda de contactos como Alberto QUIRON González.

Dicho mensaje dice: “Buenos días Alberto. He recibido correo del fiscal. Parece que todo sigue en pie. Le voy a llamar al fiscal para ir concretando. La idea mía es que al final solo haya un condenado. Y multa mínima”.

Al respecto, González Amador ha dicho que ese 12 de marzo, cuando se publicó la noticia sobre la denuncia de la Fiscalía, escribió a su abogado y este le envió el correo, fechado ese mismo día, en el que el fiscal le informaba de la presentación de una denuncia.

El “pantallazo” de esa conversación con su abogado se lo envió al director del gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, y este le preguntó si podía usarlo, a lo que González Amador respondió que hiciese lo que quisiera, añaden las fuentes.

González Amador ha afirmado que lo de referirse a él como “defraudador confeso” en virtud de ese correo del 2 de febrero “ha sido un destrozo” a nivel personal y social, pero también en lo económico porque ha perdido clientes de hace 15 años ni le han llamado para impartir cursos que llevaba haciendo desde hacía 10 años.