Río de Janeiro, 5 jul (EFE).- El banco de los BRICS se ha marcado un nuevo horizonte tras su reunión anual, celebrada en Río de Janeiro: sumar nuevos miembros, «ampliar la financiación en monedas locales» y aumentar el volumen de proyectos patrocinados.
La presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, por sus siglas en inglés), Dilma Rousseff, trazó este sábado las líneas maestras de la entidad, fundada en 2014 por los BRICS, en la víspera de la cumbre de líderes del grupo que reúne a las principales economías del Sur Global, entre ellas Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Colombia y Uzbekistán, nuevos socios
La exmandataria brasileña (2011-2016) manifestó en una rueda de prensa la disposición del banco a «aceptar varios nuevos miembros». En esta última reunión, el consejo de gobernadores aprobó dos nuevos socios: Colombia y Uzbekistán.
De esta forma, ya son once los países que integran este banco que busca contraponerse al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI): Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Bangladés, Egipto, Argelia, Colombia y Uzbekistán.
Rousseff señaló que están analizando las candidaturas de otros países, aunque no citó ninguno en concreto.
Más préstamos en moneda local, pero sin «desdolarizar»
El segundo objetivo del banco será «ampliar la financiación y la captación de recursos en monedas locales», a fin de «reducir la volatilidad generada por los tipos de interés y «fortalecer los mercados de capitales domésticos», indicó la jefa del banco, en el cargo desde 2023.
«Este punto es muy importante», apuntaló.
Y también sensible, pues en la práctica se trata de alejarse del dólar, algo que no ha gustado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó con aranceles del 100 %, si los BRICS osaran cuestionar la hegemonía del dólar.
Rousseff, de 77 años, descartó, sin embargo, que se esté produciendo una «desdolarización» en el mundo y que el banco de los BRICS lo esté buscando, pero sí admitió que cada vez son más los países que realizan sus intercambios comerciales en sus propias monedas.
Explicó que la entidad necesita inversiones de los gobiernos y del sector privado y que para convencer a estos últimos hay que «garantizarles el menor riesgo posible».
«La moneda fuerte y dominante para el banco es el dólar y el euro. Pero si hay algún cambio en la política monetaria del país detentor de esas dos monedas, en este caso EE.UU. y la Unión Europea, la consecuencia para el tomador es que su préstamo puede aumentar, lo que es una pésima noticia», apuntó.
«Eso significa que las oscilaciones en las tasas de cambio y de intereses crean problemas», defendió.
De ahí, la directriz de impulsar la financiación en monedas locales, algo que China y Brasil ya han puesto en práctica en un proyecto eléctrico.
40.000 millones de dólares en 122 proyectos
Además, el banco de los BRICS quiere aumentar el volumen de proyectos patrocinados.
Desde su creación, la entidad ha aprobado 122 proyectos, totalizando una inversión en torno a los 40.000 millones de dólares, según subrayó la ex jefa de Estado brasileña.
El catálogo está centrado ahora en infraestructura y logística, como ferrocarriles, carreteras, puertos y aeropuertos, y en digitalización, pero quieren apostar también por financiar la construcción de «hospitales inteligentes» y proyectos de movilidad urbana.
«Es un banco de los países del Sur Global para los países del Sur Global», defendió Rousseff, quien señaló que, a diferencia de otras instituciones financieras, en el banco de los BRICS «no hay poder de veto» y se basa «en la igualdad de sus miembros».
«No podemos condicionar nuestros préstamos por cuestiones políticas», expresó.
La reunión anual del banco de los BRICS se celebró en vísperas de la cumbre de líderes de los BRICS, que se inicia este domingo en Río de Janeiro, sin la presencia del presidente ruso, Vladímir Putin, ni del líder chino, Xi Jinping.
Los BRICS es un foro de cooperación diplomática y económica que tiene como miembros plenos a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán e Indonesia, además de Arabia Saudí, que no ha formalizado su adhesión.
Carlos Meneses