El nuevo método de Interior para identificar cadáveres de desaparecidos: rastrear el BOE

Imagen de enero de 2024 de la Guardia Civil de Zamora en un operativo de búsqueda por la desaparición de un hombre de 79 años. EFE/ Alberto Ferreras

Sagrario Ortega

Madrid, 7 mar (EFE).- Décadas después de haber hallado sus restos, nueve personas desaparecidas han podido ser identificadas por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), dependiente del Ministerio del Interior, y en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, gracias a un nuevo procedimiento al que hasta ahora nadie había recurrido: el rastreo del Boletín Oficial del Estado (BOE).

En él pueden encontrarse los expedientes que, a petición de los familiares, publican los juzgados para la declaración de fallecimiento de una persona que al menos lleve diez años sin dar señales de vida, o cinco si tenía más de 75 años la última vez que se supo algo de ella. Los plazos se reducen si la desaparición está relacionada con un accidente aéreo, una guerra, un naufragio…

A instancias de la familia, el juez hace saber que sigue un expediente para la declaración de fallecimiento de una persona, “lo que se hace público para que los que tengan noticias del desaparecido puedan ponerlas en conocimiento del juzgado”, como rezan estas notificaciones.

Si no hay noticias en quince días, el juez volverá a publicarlo en el BOE, para después, y en el caso de que no se hayan encontrado evidencias de vida, dictar una resolución de fallecimiento, pero esa ya se volcaría en el Registro Civil.

Herencias, pensiones, seguros de vida, etc… son algunos de los motivos que llevan a las familias a solicitar esa declaración.

El capitán de la Guardia Civil Francisco José Gómez Herrero es el jefe del departamento de Calidad del Dato e Identificación del CNDES. Un cuarto de siglo en el Servicio de Criminalística del instituto armado y su trabajo en identificación de cadáveres en Kosovo o en los accidentes aéreos de Barajas o de los Alpes franceses le avalan.

Y a él se le ocurrió recurrir al BOE para ampliar los procedimientos que el CNDES lleva a cabo para identificar personas desaparecidas, desde el deseo de ofrecer a las familias una noticia con la que cerrar su duelo, como explican a EFE el capitán y la directora del centro, Pilar Muniesa, en vísperas de que este domingo se celebre el Día de las personas desaparecidas sin causa aparente.

Escudriñando el BOE expediente a expediente

No es tarea fácil la que el capitán lleva a cabo desde que en sus vacaciones del pasado verano y montado en su bicicleta siguió dándole vueltas a un trabajo que le entusiasma en busca de procedimientos para la identificación de cadáveres de desaparecidos.

Porque el objetivo del CNDES es ir “adelgazando” la base de su Sistema de Información de Personas Desaparecidas y Restos Humanos (PDyRH), que contabiliza al cierre de 2023 algo más de 3.500 restos sin identificar.

El capitán Herrero creyó que esos expedientes publicados en el BOE podían ser una inagotable fuente de información que permitiera la identificación de cadáveres.

Y se puso manos a la obra para hacer las búsquedas en los BOE desde 1968, fecha a partir de la cual se han incluido restos de cadáveres en la base del PDyRH.

De momento, los expertos se han centrado en el periodo 2009 a 2024 y tienen abiertos unos 2.500 expedientes para analizar. Han empezado por estos porque desde ese primer año el BOE publica cada expediente en un PDF individualizado, lo que facilita la búsqueda.

No es tan fácil encontrarlos en fechas anteriores, ya que los “edictos” de los juzgados están mezclados en la misma página con otras resoluciones de asuntos muy dispares, incluidas subastas.

Al elegir un año al azar en el buscador, por ejemplo 2015, salen nada más y nada menos que 273 expedientes de los diferentes juzgados.

Y no en todos se incluyen datos que faciliten la “investigación”. Antes de nada, los especialistas tienen que buscar evidencias de vida para confirmar, aunque no sea al cien por cien, que esa persona está muerta. Comprobar si ha renovado el DNI o el permiso de conducir puede dar pistas, explica Herrero.

Siguiente paso: cotejar las huellas

Y si hay un dato crucial es el año en el que la familia cree, o sabe a ciencia cierta, que desapareció su allegado. Un dato más que necesario porque, en general, los cadáveres aparecen el mismo año de la desaparición.

Como crucial es la colaboración de la Sección de Auditoría de la División de Documentación de la Policía Nacional, a la que se envían los datos recabados del BOE para que remita al CNDES la ficha de esa persona con sus huellas.

Antes de 1990 el DNI no estaba digitalizado, de tal manera que la impresión dactilar de cada persona quedaba plasmada en una ficha que la Policía Nacional conserva en sus archivos.

Precisamente, la mayoría de los nueve identificados gracias al BOE eran desaparecidos de larga duración y sus cadáveres fueron hallados antes de 1990. En algún caso no existía denuncia.

Como explica Herrero, las fichas con las impresiones de las huellas son cotejadas con las de los cadáveres sin identificar. Y hasta ahora ha habido suerte, porque el cotejo ha sido positivo en nueve casos y nueve familias han podido paliar la incertidumbre vivida durante tantos años.

Los identificados desde noviembre

La primera identificación por el BOE, y que supuso un “subidón” para los responsables del CNDES, se produjo el pasado 18 de noviembre. Se trataba de un joven de 22 años cuyo cadáver fue hallado en 1987 en Coslada (Madrid). Habían transcurrido 37 años desde su hallazgo.

Un mes después se identificó a un hombre desaparecido en 1978 cuando tenía 33 años y cuyo cadáver apareció en Barcelona. 46 años después ya se sabe a quién pertenecía.

Ya este año, el 7 de enero y 45 años después del hallazgo del cuerpo, fue identificado un varón de 18 años del que no se sabía nada desde 1977.

La única mujer de los nueve identificados lo fue el 31 de enero. Su cadáver fue hallado en Algeciras (Cádiz) en 1986. Era de Madrid y su familia dijo que se fue de casa en 1982.

El 7 de febrero se identificó al quinto cadáver, el de más reciente hallazgo, en concreto en 2004 en Madrid. Se trataba de otra mujer de 72 años que había muerto en su domicilio.

Tres días más tarde, el método del BOE volvió a dar resultados positivos en el cadáver de un hombre hallado en la provincia de Barcelona en 1984. Y el 17 de ese mismo mes se identificó a un hombre de 44 años nacido en Pontevedra y cuyo cuerpo fue encontrado en Madrid.

Las dos últimas identificaciones se produjeron el mismo día, el 28 de febrero: un hombre cuyo cadáver fue encontrado en 1994 en un banco de la calle en Madrid y otro varón que fue arrollado por un tren y cuyo cuerpo fue localizado también en Madrid en 1984.