El oficialista MAS admite su derrota en Bolivia debido a su «desgaste» y división interna

El presidente del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Grover García (c), habla durante una rueda de prensa este martes, en la Paz (Bolivia). EFE/ Gabriel Márquez

La Paz, 19 ago (EFE).- El oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) admitió este martes su derrota en las recientes elecciones generales en Bolivia, con un poco más del 3 %, y consideró que esto se debió al desgaste y tensiones internas en los últimos años, por lo que anunció que ahora se «atrincherará» para afrontar los comicios subnacionales del próximo año.

El presidente del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Grover García, habla durante una rueda de prensa este martes, en la Paz (Bolivia). EFE/ Gabriel Márquez

El presidente del MAS, Grover García, identificó en una rueda de prensa el «desgaste» del partido oficialista, que en su mejor momento tenía más de un millón de militantes inscritos, como una de las causas para que el centrista Rodrigo Paz Pereira y el expresidente derechista Jorge ‘Tuto’ Quiroga (2001-2002) vayan a una segunda vuelta.

El secretario del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), Fidel Surco, habla durante una rueda de prensa este martes, en la Paz (Bolivia). EFE/ Gabriel Márquez

«Nosotros, como MAS, vamos a respetar esos resultados, (pero) vamos a exigir que los ganadores, que el que gane, deba cumplir sus propuestas», remarcó.

Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), alcanzó el 31,3 % de los votos frente al 27,3 % de Quiroga de alianza Libre, por lo que ambos deberán luchar por la Presidencia en la segunda vuelta prevista para el 19 de octubre.

El principal dirigente oficialista también identificó a la «división» en el MAS como otra de las causas para que solamente haya alcanzado algo más del 3 % de la votación, lo que sirvió para no perder la personalidad jurídica y mantener al partido vigente.

García mencionó la confrontación entre el presidente Luis Arce y Evo Morales desde 2021 como un factor de «división», a lo que se sumaron el problema de la inflación y la falta de combustibles, razones por las que los simpatizantes del MAS optaron por dar un voto castigo.

A esto se suma la decisión del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, considerado el «sucesor» de Morales, de postular a la Presidencia por separado, pese a los intentos del oficialismo por conformar un bloque único de izquierda.

«Si buscamos culpables, ahí están», mencionó García.

La prioridad ahora para el MAS es cuidar sus «estructuras nacionales» para «atrincherarse» y afrontar las elecciones subnacionales que elegirán a concejales, alcaldes, legisladores departamentales y gobernadores en el primer semestre de 2026.

Por su parte, el también dirigente Fidel Surco dijo que el MAS se mantendrá en el «anonimato» y evitará comprometer su apoyo a alguno de los dos candidatos que disputarán por primera vez una histórica segunda vuelta electoral en Bolivia.

«Sería un error político para toda nuestra militancia y el bloque de izquierda en este momento apoyar a Tuto Quiroga, de un partido político de ultraderecha, fascista y neoliberal, y un viejo político (…) o apoyar a Rodrigo Paz, es lo mismo», indicó Surco.

El partido oficialista ha participado en seis elecciones generales: la primera en 2002, cuando quedó en segundo lugar con el 20,9 % de los votos, y las siguientes en 2005 (53,7 %), 2009 (64,2 %) y 2014 (61,3 %), todas con Evo Morales como candidato presidencial. En 2020 ganó el actual presidente, Luis Arce, con el 55,1 %.

En este 2025 se presentó a los comicios con la postulación del exministro de Gobierno (Interior) Eduardo del Castillo, con el que acumula el 3,17 % de los votos de acuerdo con el cómputo oficial al 89 %, algo que el ahora excandidato consideró como uno de los objetivos «cumplidos» al conseguir el mínimo para que el MAS no desaparezca.